“No somos iguales sin derechos”, dice el cartel que este jueves Walter Tecco puso delante de una mesita adornada con la bandera de la diversidad en la feria que cada año se monta en el Centro de Montevideo previo a la marcha de cada último viernes de setiembre. Hace muchos años que él tenía ganas de contar su historia y en 2024 consiguió terminar de escribirla. Pudo –gracias al apoyo que le dieron algunos vecinos– imprimirla en librillos, y buscó un lugar para repartirla entre la gente y darla a conocer. Justo este jueves Walter cumplió 67 años.

“Yo tenía que contar todo lo que me pasó en la vida, sobre todo para que los jóvenes, las nuevas generaciones, sepan que en otras épocas, pero no hace mucho, decidir ser gay era muy difícil, había muchísima discriminación”, dice Walter en diálogo con la diaria.

El jueves repartió 50 librillos, diseñados por un vecino e impresos en hojas A4, delicadamente dobladas al medio, con tapa a color. Este viernes montó la mesita en la feria para repartir otros 50. Su sueño es poder publicarlo como libro y llegar a las librerías, para lo cual ha intentado contactarse –sin suerte por ahora– con editores y editoriales.

Historia de vida de un homosexual es la autobiografía de Walter: “Es la historia de mi vida. Le podrá importar al amigo lector, por haber sido un joven homosexual durante la dictadura cívico-militar”, dice en el prefacio.

Walter cuenta, en 18 breves capítulos, su vida desde niño y hasta que, luego de la muerte de su pareja, con quien convivió por más de 34 años, perdió un juicio con la madre de Javi. Si bien en esta causa, que en primera instancia fue a su favor, perdió parte de sus bienes, lo que más le dolió a Walter es que no se reconoció su concubinato con la persona que más quiso en su vida.

“Desde que tengo uso de razón, sentí atracción por personas de mi mismo sexo”, comienza contando Walter. Pero esa “inclinación” –como le dice a veces en el texto– la tuvo que vivir en un momento en que las banderas de la diversidad no colgaban de los balcones de los edificios ni había ley de matrimonio igualitario, sino todo lo contrario: incomprensión, segregación, persecución. “Si los militares se daban cuenta, terminabas preso por tener gustos diferentes”, menciona en una parte de la historia, en la que refleja sentirse culpable por ser como es. Su lenguaje es directo, crudo, quizás hasta poco adecuado a estos tiempos, pero es la manera que tiene de contar cómo vivió esa experiencia de sentirse diferente, de aceptarse y de decidirse a dejar de ser “un tapado”.

Pese al dolor que a veces transmite, Historia de vida de un homosexual es una historia de amor: “Nuestro amor siempre fue correspondido, a tal punto que prometimos cuidarnos mutuamente y así fue durante toda nuestra vida”. Y es también una historia de vida en la que se habla de trabajos, de emprendimientos, de negocios, de gustos, de mudanzas, de vicios, de viajes, de éxitos y fracasos, en fin, una historia de vida, como cualquier otra.

Javi trabajaba en un prestigioso colegio de Montevideo y, por miedo a perder el trabajo, nunca hizo pública su identidad sexual. Pero en el barrio donde vivieron, todos los vecinos sabían que Walter y Javi vivían juntos. Es más, muchos vecinos fueron testigos en el juicio que Tecco en primera instancia ganó y luego perdió. Él considera que sufrió discriminación y que, incluso, fue el Banco de Previsión Social (BPS) el que lo perjudicó en el proceso judicial poniendo un abogado para evitar que consiguiera cualquier tipo de beneficio por su vínculo con Javi.

“Ahora ya no tengo pareja, pero voy a seguir luchando porque es lo que mi mamá me enseñó, con sus hechos de vida, por más BPS, por más discriminación, ahora sólo me queda luchar por el orgullo de ser como soy, porque enfermo por ser gay nunca lo fui, pobre sí fui cuando niño y discriminado por ello”, escribió.

“Por más que me empujen a que me vaya de este mundo, no van a poder porque soy lo que la naturaleza quiso que fuera, este es mi mundo y vivo por la naturaleza que es amor”.