Alrededor de las 11.00 del sábado 22, en las afueras del anfiteatro Tránsito Cocomarola de la ciudad de Corrientes, el calor agobiante del sol en un cielo despejado no llega a ser tan potente como el de la multitud transfeminista que viene en decenas de micros desde distintas partes de Argentina hasta el territorio guaraní para participar, como ocurre cada año desde 1986 en una provincia diferente del país, en uno de sus rituales más sagrados: el Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intersexuales y No Binaries.

De camino al anfiteatro ya se puede apreciar la larga fila de puestos callejeros y el sincretismo encantador que forman las clásicas piezas feministas mezcladas entre las típicas artesanías del litoral argentino. Esa mañana, las vendedoras y vendedores armaron sus gazebos temprano. Es sabido que, en un día como ese, y en el contexto brutal de ajuste económico del gobierno de Javier Milei a toda la población argentina, cada venta conseguida sería indispensable.

Del lado de la dignidad

Al mediodía, mientras se da inicio al encuentro, entre las mujeres y disidencias que van entrando al lugar se empieza a escuchar un cántico que en este último tiempo se volvió una arenga popular en Argentina: “Milei, basura, vos sos la dictadura”.

Los femicidios sin justicia. El cierre de ministerios. El desfinanciamiento de las políticas públicas y los comedores comunitarios. La amenaza de la reforma laboral. Los ataques violentos cada vez más frecuentes a las comunidades LGBTI+. La falta de políticas públicas para el colectivo travesti-trans y las trabajadoras sexuales. Los despidos masivos. La precarización laboral. El retiro de subsidios a personas con discapacidad.

Los golpes a las jubiladas y jubilados en las marchas de los miércoles. El incumplimiento de las leyes de acceso al aborto y a la educación sexual integral. El saqueo y la entrega del territorio y los bienes naturales a empresas extranjeras. El repudio al apoyo por parte del gobierno del genocidio en Palestina. La no proscripción de la expresidenta Cristina Fernandez de Kirchner.

La lista, larguísima, sigue. Son los temas centrales de las denuncias y demandas que leen arriba del escenario quienes integran la Comisión Organizadora del Encuentro y, a la vez, varios de los puntos de partida para los debates en los 116 talleres y las más de 50 actividades culturales que se van a realizar en estos tres días –seguramente cortos, intensos y reveladores– que durará el encuentro.

Recién sobre el cierre del acto llega un poco de alivio. Palabras que intentan echar un manto de luz frente a tanta oscuridad: “Que estos días puedan servir para abrazar, despertarse y organizar. Que ninguna lucha sea en soledad y que cada paso dado sea en conjunto. Que el dolor se transforme en fuerza colectiva, la rabia en organización, y que el amor por nuestras vidas y nuestros territorios nos encuentre siempre del mismo lado: del lado de la dignidad”.

38° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intersexuales y No Binaries, en Corrientes, Argentina.

38° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intersexuales y No Binaries, en Corrientes, Argentina.

Foto: Rocío Bao

Al calabozo no volvemos nunca más

A diez años del travesticidio de Diana Sacayán, reconocida dirigente travesti que militaba por los derechos de la comunidad LGTBI+ de Argentina, la marcha contra los travesticidios y transfemicidios de este encuentro multiplica sus significados.

Al igual que desde hace ocho años, miles de personas vuelven a ocupar las calles. Esta vez, cantando y bailando a orillas del río Paraná ante algunas miradas incrédulas de correntinos que pasean o hacen sus ejercicios por la avenida General San Martín.

“En un país donde el Estado se retira, los discursos de odio se vuelven política de gobierno y la violencia se profundiza, una mujer o persona trans es asesinada cada 35 horas”, afirma un comunicado reciente del Observatorio “Ahora que sí nos ven”, para dejar en claro que las micro y las macroviolencias que se viven a diario en Argentina están íntimamente relacionadas.

El colectivo travesti-trans marcha este año por eso: para exigir justicia por todes les compañeres asesinades por el odio y el Estado ausente. También para demandar respeto por las leyes conquistadas de Cupo Laboral Travesti Trans y la de Identidad de Género. Y para reclamar por la aplicación urgente de la Ley de Reparación Histórica.

Un joven de 32 años camina entre la gente llevando un cartel en alto. Cuenta que llegó desde el conurbano bonaerense para pedir justicia por Sofía Fernández, una travesti que hace cuatro años fue detenida arbitrariamente por la Policía y luego apareció muerta en una comisaría: “Quisieron hacernos creer que se había suicidado, pero gracias a la lucha de sus familiares, de las organizaciones de derechos humanos y de la gente que se fue sumando a la causa, hace poco logramos que nueve policías que estaban absueltos vayan a juicio”.

También quiere aprovechar el espacio para pedir justicia por Treinti, una fotógrafa trans de Ciudad Evita que recientemente fue atropellada por la Policía: “Son casos que ocurren en el marco de un gobierno misógino y homoodiante que todo el tiempo está alimentando discursos violentos, que tienen esas consecuencias. Y más si son travestis, y más si son del conurbano: los grandes medios de comunicación las invisibilizan, por eso que estemos hoy acá es muy importante”.

Encabezando la bandera del Movimiento Evita y cantando a través de un megáfono, marcha Ornella Infante, secretaria general de la Federación Argentina LGBT. Ornella dice que, si bien el colectivo travesti-trans ha logrado varios derechos en estos últimos años, todavía quedan muchas cuestiones pendientes, por ejemplo, transformar la política convencional en Argentina: “Las verdaderas necesidades de la gente no están siendo escuchadas, los dirigentes que nos gobiernan hoy no representan al pueblo, por eso las travestis tenemos que seguir insistiendo y cada día llegar a más lugares de poder, porque estamos en condiciones de disputarlos y también de gobernar el país”.

Una asamblea contra el colonialismo, el racismo y el capitalismo

Como todos los años en el marco de los encuentros, el domingo al mediodía, ahora debajo de un gran lapacho del parque Camba Cuá que ofrece la sombra necesaria para soportar el calor correntino, se realiza la Asamblea de Feministas de Abya Yala, una actividad donde las mujeres de diferentes pueblos originarios de América Latina se reúnen para compartir sus realidades y seguir armando redes feministas en defensa de la vida, de los territorios y de la naturaleza.

Este año participan referentes y activistas importantes, como Lizzette Sánchez Díaz (nieta de Julia Chuñil, mujer mapuche desaparecida el año pasado en Chile), Francisca Droguett (mujer chilena del Movimiento por el Agua y los Territorios), Luciana Jaramillo y María Nahuel (mujeres mapuche de la Lof Winkul Mapu, en el sur de Argentina), Pía Ceballos, militante trans de la comunidad wichi, y María Emilia Díaz, de la comunidad chorote (ambas de la provincia de Salta).

Adriana Guzmán, referenta del Feminismo Comunitario antipatriarcal de Bolivia, resume el significado de estas asambleas para la diaria: “Abya Yala es una ceremonia pluriespiritual, porque es una convocatoria a que los feminismos también se puedan hacer desde la espiritualidad, desde las cosmovisiones que hemos caminado como pueblos originarios, para justamente poder construir un movimiento que no sea colonialista ni racista”.

Cuando la ceremonia comienza y cada una de las participantes va narrando las problemáticas particulares de sus territorios, aparecen los aplausos y también las lágrimas: resulta imposible no conmoverse al escuchar las voces de mujeres originarias que desde hace más de 500 años vienen resistiendo los ataques contra sus pueblos y cuidando la tierra y la naturaleza.

Ellas hablan del aumento del fascismo, de la violencia, del racismo, del extractivismo. Denuncian el abandono estatal y la persecución sistemática a sus comunidades en toda la región. Insisten en que la defensa del cuerpo y la defensa de la tierra son cosas inseparables.

Claudia Korol, integrante del equipo de educación popular Pañuelos en Rebeldía y feminista de Abya Yala, es una de las principales responsables de que este hecho reparador, histórico, transformador entre las hermanas de las distintas comunidades y las feministas que participan en el Encuentro Plurinacional pueda estar sucediendo año tras año.

Ella dice: “Hoy una agenda de mujeres y disidencias no puede hacerse sin enfrentar las políticas extractivistas y depredadoras de la vida. Hay que hacer una gran batalla, incluso dentro de los feminismos, para seguir abriendo conciencias, porque no sólo se trata de ir contra el patriarcado, sino también de ir contra el colonialismo, el racismo y el capitalismo”.

38° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intersexuales y No Binaries, en Corrientes, Argentina.

38° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Intersexuales y No Binaries, en Corrientes, Argentina.

Foto: Rocío Bao

Sindicalismo feminista y popular

En el parque Camba Cuá se desarrollan varias de las actividades del encuentro. Allí hay una energía particular. Su nombre aún se mantiene de la expresión guaraní que significa “cueva de afrodescendientes”. Es un lugar histórico, con una tradición cultural vinculada a los descendientes de personas que fueron esclavizadas.

Casi en simultáneo a la Asamblea de Abya Yala, se realiza la 7º Asamblea Nacional de Trabajadoras de Prensa. Son más de 50 trabajadoras de medios públicos, privados y autogestivos de todo el país que están reunidas para discutir las principales demandas de la actividad y la situación de precariedad que viven en sus puestos de trabajo.

Hoy, la actividad periodística en Argentina está devastada. Y, como en cualquier crisis social, las mujeres y las disidencias siempre son las más perjudicadas, porque, además de tener menos posibilidad de conseguir trabajo y tener sueldos más bajos que los varones, también son quienes se terminan ocupando de todas las tareas de cuidado.

Así lo expresa Ayelén Pujol, periodista deportiva: “Son tiempos de tanta confusión que ya ni sé qué es el periodismo. Todas tenemos, por lo menos, más de dos trabajos. Algunas incluso en otras ramas. Yo tengo cuatro y no llego a fin de mes. Bueno, si cuento que además de todo eso también cuido a mi hijo, los trabajos serían cinco”.

Pero en estas mujeres, siempre acostumbradas a dar batalla, la angustia rápidamente se transforma en lucha: en la asamblea se planea la importancia de una organización colectiva para defender todos los derechos conquistados, y se debaten ideas para enfrentar los salarios de pobreza, el pluriempleo y la reforma laboral que el gobierno nacional pretende llevar adelante en los próximos meses.

“Estamos en los lugares donde los salarios son los más bajos en general. Tenemos que seguir dando pelea en un contexto muy adverso donde tenemos que discutir un proyecto sabiendo que la salida gremial sin salida política no alcanza”, dice Carla Gaudensi, secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadoras, que vino al encuentro con su bebita de 6 meses en brazos.

En medio de todo este panorama complejo, hace unas semanas Gaudensi asumió como secretaria de Géneros de la Confederación General del Trabajo (CGT), un acontecimiento histórico que marca una victoria importantísima del bloque sindical feminista.

Por este tipo de cosas, Maby Sosa, editora de género del diario Tiempo Argentino y de Agencia Presentes, destaca la importancia de las redes de trabajo feministas: “Los avances que tuvimos en materia de democracia en los últimos años en Argentina fueron gestados y articulados en las calles y en las redes. En los Encuentros Plurinacionales se trataron leyes fundamentales que después se aprobaron en el Congreso, como la ley del aborto, la educación sexual integral, el matrimonio igualitario, la identidad de género, la reproducción asistida y la paridad de género”.

Y concluye: “Que esta cantidad de gente se esté encontrando hoy en Corrientes significa que somos las mujeres y las diversidades quienes más estamos entendiendo la gravedad del momento que vivimos. Por eso, las mujeres trabajadoras que este año lograron agruparse y recuperar sus sindicatos y espacios en organizaciones son clave para articular una resistencia y una alternativa en tiempos en que el Estado nacional apunta directamente contra la clase trabajadora”.