Aunque parecía una tarde más para la Plaza Libertad, una jornada normal en la que las personas bajaban de los ómnibus y los vendedores de inciensos y artesanías veían como caía el día, no lo fue porque este miércoles, una vez más, fue el escenario de lucha y reivindicación para los colectivos. El jueves 17 de abril, Alexandra Ruiz, una mujer trans de 51 años fue asesinada con un disparo en el pecho en Pinamar Norte. En ese marco, la plataforma Unión Trans y otros colectivos LGBTI+ convocaron a una alerta feminista para este miércoles desde la plaza hasta la Intendencia de Montevideo (IM).

Naomi Guerra, vocera de la Unión Trans y Disidentes, coincidió con la directora de la Secretaría de Derechos Humanos, Colette Spinetti, quien dijo días atrás que la muerte de Alexandra “es un golpe a las entrañas”. “Nos siguen matando, nos siguen discriminando, nos siguen violentando, y nadie se hace cargo teniendo una ley trans, que dice que nos protege, en este país”, expresó Guerra en diálogo con la diaria, antes de marchar hacia la IM.

“Es un dolor, es una tristeza, es una rabia, es un sentimiento de que querés romper todo, pero no podés ir contra la sociedad porque vamos a seguir quedando marginadas”, valoró y agregó: “Nosotras ya no podemos seguir marginadas en pleno 2025, después de ocho años con una ley trans”.

En 2022, por primera vez en Uruguay, la Justicia emitió una condena con la tipificación de transfemicidio. El caso fue el de Fanny Aguiar, una mujer trans de 37 años que fue asesinada por su expareja. Guerra destacó que si bien antes no se había tipificado así un delito, desde los colectivos se apropiaron del símbolo y de lo que significa un transfemicidio. “No nos olvidemos de que nosotras somos mujeres trans y que estamos orgullosas de ser mujeres trans”, agregó.

Sin embargo, a pesar de que Uruguay sea pionero en materia de legislación, para Guerra no es así en el cumplimiento de esta. “Seguimos pidiendo que [para] el resto de las 13 compañeras [incluida Alexandra] se tipifique y que se hagan cargo de esas 13 muertes”, destacó.

“Venimos desde 2012 con compañeras perdidas por asesinato, o sea por transfeminicidio, y es hora de que nuestra justicia cumpla y avale esos transfeminicidios”, concluyó.

“Nos están matando y el Estado mira para otro lado”

Antes de salir para la IM, los colectivos leyeron la proclama a viva voz y al unísono: “Frente al contexto regional y del norte global que deposita su sistema de fracasos sobre nuestros cuerpos en un intento de exterminio, reforzando el borramiento de las personas travestis-trans, les decimos: ¡No pasarán!; a los intentos porfiados de las “políticas de la muerte” de algunos gobiernos y sistemas de justicia de meternos de los pelos a un binarismo biologicista les decimos: 'No pasarán y no lo lograrán'”.

“Nos están matando, y el Estado mira para otro lado”, subrayaron, y señalaron que “otra compañera trans ha sido asesinada”, y “su nombre se suma a una lista que no deja de crecer”. En tanto, remarcaron que “la respuesta del gobierno es el silencio, la inacción, la complicidad”, y afirman que “no fue un hecho aislado” sino que “fue un crimen de odio”.

Para los colectivos, estos asesinatos “son el resultado directo de políticas ausentes, de discursos que legitiman la violencia” y de “un sistema que no reconoce” sus vidas “como dignas de ser vividas ni protegidas”. “¿Dónde están las garantías constitucionales cuando los cuerpos travestis-trans son violentados, marginados, asesinados? ¿Dónde están las políticas públicas que prometen inclusión, cuando lo único que ofrecen es abandono y muerte?”, cuestionaron.

En ese sentido, recalcaron que “el transodio mata”, pero que detrás de cada transfemicidio “se esconde una serie de muertes sociales, como el abandono familiar a edades tempranas, la deserción educativa y, como consecuencia, la falta de posibilidades de inserción laboral”.

Responsabilizaron al Estado de la “exclusión de todas las instituciones” a lo largo de sus vidas, y aseveran que lo que “mata” es no poder acceder a la salud integral, a una vivienda digna, al trabajo formal, a una justicia no revictimizante, así como “la indiferencia de gobiernos que usan palabras como ‘diversidad’ o ‘igualdad’ sólo cuando conviene políticamente, pero no se atreven a garantizar derechos con presupuesto, con legislación efectiva y con compromiso real”.

Los colectivos exigen políticas de diversidad interseccionales “de manera inmediata”; el reconocimiento de “violencias históricas, las deudas sociales, las urgencias cotidianas”; que se garantice “la vida en su plenitud” y “no sólo el asistencialismo frente a la sobrevivencia en los márgenes de esta sociedad”.

“Cada crimen de odio es también una forma de disciplinamiento social. Es un mensaje brutal que dice: 'No se desvíen del camino normativo o este es el precio'. Y, a ese mensaje, respondemos con memoria, con rabia y con organización”, plantea la proclama.

Manifiestan que no hablan únicamente por la mujer trans asesinada la semana pasada, sino que lo hacen “por todas las que ya no están”, “por todas las que hoy viven con miedo” y “por todas las que vendrán, para que no tengan que pedir permiso para existir”.

Por otro lado, apuntaron que están “cansadas” de que las noticias sobre personas trans sean cuando se producen muertes y “que la noticia sea narrada desde un amarillismo conveniente a los medios” para que sean “vistas como el problema o merecedoras de tal muerte”.

“Queremos justicia real, reparación histórica y garantías concretas para vivir con libertad y sin miedo. Hasta que ser travestis/trans no sea una sentencia de muerte, sino una posibilidad de vida plena. Hasta que el Estado deje de ser cómplice y la sociedad deje de mirar para otro lado. Hasta que la memoria sea ley y la dignidad no se negocie. ¡Exigimos respuestas! ¡Basta de transfemicidios! ¡Justicia por Alexandra!”, exclamaron.