Uno se apena por no haber logrado el triunfo buscado, y hasta construido en base a juego, muy mejorado con relación a las últimas presentaciones, pero medianamente queda confortado precisamente por eso, por rascar un poquito y ver la potencialidad que tiene el colectivo celeste, para dar buena competencia y, en definitiva, para poder seguir adelante en el torneo.

Uruguay estuvo sólido en mediacancha con Vecino y Valverde, con los futbolistas que estuviesen en cancha abrió bien el juego por bandas y mantuvo el alto nivel de peligro que pueden generar Edinson Cavani y Luis Suárez solamente estando en cancha. Una lástima no haber ganado, pero menos incertidumbre para el futuro inmediato. Ahora Uruguay juega ante Bolivia y cierra ante Paraguay, buscando la clasificación, y naturalmente como en toda competencia procurando evitar el último lugar de la clasificación, para evitar a Brasil que se ha mostrado con luz como el mejor equipo de estos días.

Ayer te vi

Cuando empezó el partido vimos diez minutos de los que estábamos esperando con relación a nombres, expectativas, proyecciones, prestaciones.

Todo en campo contrario, con vértigo y presión, con paciencia y seguridad. Los diez minutos están pautados por tres acciones netas de gol que fabricó Uruguay sobre el arco de un impecable Claudio Bravo.

¿Dónde estuvo la llave de ese cambio respecto de las últimas presentaciones? Da la sensación de que básicamente en el formato de juego y en los hombres de media cancha hacia adelante. La pelota no saldría redonda como soñamos, pero bien jugada y con desequilibrios individuales de Giorgian de Arrascaeta y Nicolás de la Cruz, procurando poner en juego al inclaudicable Edinson Cavani, jugando de todocampista además de delantero, y de Luis Suárez.

Iban 25 y sólo jugaba Uruguay en ataque cuando una pared entre Eduardo Vargas y Ben Brereton permitió un espacio abierto para el delantero que sacó un bombazo que venció a Fernando Muslera. Esto es fútbol, es la explicación real y lógica que algunos nos damos a esa circunstancia tan discordante con lo que venía siendo el desarrollo del juego.

El partido siguió igual, con seis y siete futbolistas uruguayos en las proximidades de Claudio Bravo, pero sin poder llegar al gol, aun con un par de chances. Chile defendía con todos sus hombres en su cancha, buscando anular las posibilidades de ataque de Uruguay y también salir de contra.

No hubo forma en el primer tiempo. Nos fuimos al vestuario 0–1 a pesar de haber jugado los mejores 45 minutos desde aquella victoria en Barranquilla ante Colombia.

Vos que naciste en el siglo XXI seguro que sentiste que estabas viendo a la selección uruguaya que te acostumbraste a ver. Otros, entre los que me incluyo, veíamos con ganas la evolución que nos permitió un proceso ordenado y cuidado de crecimiento, que nos dio plena competitividad en la última década.

Uno

Ya lo dijo Enrique Santos Discépolo en su tango: “Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias”.

Ansias de gol.

Una variante de futbolistas y de estrategia táctica generaron expectativa para mejorar en el último pase y en goles lo hecho en la primera parte. Jugando con línea de tres y buscando profundizar por fuera, Uruguay siguió buscando el empate.

Con más ansiedad que búsqueda paciente y afinada, Uruguay siguió martillando sobre el arco chileno, pero a medida que transcurría el tiempo los chilenos empezaron a amenazar con contragolpes.

A los 20 por fin llegó el empate. Fue de un córner, sí, en una jugada de primera estación en el anticipo de Matías Vecino y el oportunismo único e imperecedero de Luis Suárez para, en el área chica, apurar a Arturo Vidal y poner el empate. Antes había existido un balazo de zurda de Facundo Torres que había propiciado el córner con el que llegó el gol.

Siguió como tromba el equipo celeste buscando la victoria hasta la media hora cuando Chile empezó a tener más la pelota. Siguió Uruguay al ataque, buscando una que le diera el triunfo, que pudo haber sido el cabezazo de pique al piso de Cavani, o el tiro de Suárez que le sacó pintura al caño.

No se pudo, no llegó el gol de la victoria, pero sí es claro que se ganó en juego, en acción colectiva ofensiva y en buen sostén de media cancha hacia delante.

Detalles

Copa América – Grupo A/ 3era fecha
Estadio: Arena Pantanal, Cuiabá, Brasil.
Árbitros: Raphael Claus (Brasil), Christian Lescano y Byron Romero (Ecuador). Árbitros VAR: Rafael Traci (Brasil) y Víctor Carrillo (Perú).

Uruguay (1): Fernando Muslera, Giovanni González (46’ Martín Cáceres), José María Giménez, Diego Godín, Matías Viña (85’ Jonathan Rodríguez), Matías Vecino (80’ Lucas Torreira), Federico Valverde, Nicolás de la Cruz (46’ Nahitan Nández), Giorgian de Arrascaeta (59’ Facundo Torres), Luis Suárez y Edinson Cavani. Entrenador: Óscar Tabárez

Chile (1): Claudio Bravo, Gary Medel, Guillermo Maripán (36’ Enzo Roco), Francisco Sierralta, Mauricio Isla, Erick Pulgar, Charles Aránguiz, Eugenio Mena, Arturo Vidal (68’ Tomás Alarcón), Eduardo Vargas (56’ Jean Meneses) y Ben Brereton (68’ Luciano Arriadaga). Entrenador: Martín Lasarte

Goles: 25’ Eduardo Vargas (CH), 66’ Luis Suárez (U).