Ayer se confirmó oficialmente lo que se sospechaba desde hace varios días debido al aumento de casos de coronavirus: la variante ómicron ya está presente en Uruguay. Esta mutación del virus, que probablemente se originó en Sudáfrica, está batiendo récords de contagios diarios en varios países europeos y se espera que ocurra lo mismo en otras partes del globo, debido a que se transmite con mucho mayor rapidez que las variantes anteriores. Según se explica en un artículo de la revista Science, “tras más de un año de mutaciones, y fundamentalmente como consecuencia del avance de la vacunación en varios países, el coronavirus comenzó a sentirse frustrado porque las muertes diarias vienen disminuyendo desde comienzos de año. A partir de esta frustración, el virus desarrolló una variante nueva, la ómicron, que está mucho más ansiosa por acabar con la raza humana de una buena vez por todas”.

El artículo afirma que “la situación es parecida a la que se generó con el ascenso del fascismo en el período entreguerras del siglo pasado y también a lo que ocurre desde hace unos años. Ante la frustración por no poder detener los avances de la izquierda, la derecha genera figuras que parecen estar particularmente ansiosas por acabar con la civilización tal como la conocemos, a través de la violencia, la contaminación ambiental y el retroceso cultural. La ómicron sería una especie de Donald Trump o Jair Bolsonaro de las variantes del coronavirus”.