La semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había calificado a su colega ruso, Vladimir Putin, de “asesino”. Ayer le tocó el turno al presidente chino, Xi Jinping. “No tiene un solo hueso de demócrata”, dijo Biden en una conferencia de prensa. Estas dos declaraciones fueron mal recibidas por los dos líderes aludidos. “Claramente está queriendo halagarnos para compensar la mala imagen de la política exterior de Estados Unidos que dejó Donald Trump. Nos parece bien que lo quiera hacer. Pero se trata de un intento muy pobre, que ofende la inteligencia del pueblo ruso. Es obvio que esos halagos son falsos y no salen de lo profundo de su ser”, declaró Putin.

Jinping interpretó de la misma forma las palabras de Biden sobre su apego a los principios democráticos. “El pueblo de la República Popular China no necesita que un extranjero le venga a explicar que su líder no tiene ni el más mínimo respeto ni interés por la democracia. Eso lo saben bien, porque yo mismo me he encargado de dejarlo en claro cada vez que he podido. Espero que las relaciones entre China y Estados Unidos se recompongan, pero no mediante un mensaje falso y estúpidamente hipócrita, sino a través del respeto mutuo”.

Desde la Casa Blanca reconocen que la molestia de ambos presidentes es “entendible”, y esperan que con el tiempo “la salud mental de Biden se siga deteriorando y quede claro para todo el mundo que esas palabras insultantes son normales en un anciano con tantos problemas cognitivos”.