La oenegé británica Just Stop Oil se hizo famosa por vandalizar obras de arte como forma de concientizar al público sobre las causas y los efectos del cambio climático. Algunas de sus acciones, como pegar sus manos a una reproducción de La última cena, de Leonardo da Vinci, o arrojar sopa enlatada de la marca Heinz al cuadro Girasoles, de Vincent Van Gogh, generaron repercusiones a nivel global, pero otras pasaron desapercibidas. Hace quince días, dos activistas arrojaron una lata de sopa de tomate Campbell contra un cuadro de Andy Warhol, pero nadie reparó en ello hasta ayer. “Un funcionario de limpieza de nuestro museo estaba trabajando en una de nuestras salas cuando se percató de que la obra Latas de sopa Campbell no tenía 32 latas, sino 33, y, además, una de ellas era una figura en tres dimensiones. Tras analizar las cámaras de seguridad comprobamos que dos jóvenes con la inscripción Just Stop Oil habían arrojado la lata hacía dos semanas, seguramente con algún tipo de pegamento que la dejó adherida al cuadro”, informó un comunicado del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
No es la primera vez: estos activistas serían los mismos que vandalizaron un mural de Banksy, en el que grafitearon la frase “No future”.