El Ministerio de Relaciones Exteriores negó la entrada al país al Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas argumentando que la situación sanitaria hacía inconveniente la visita durante 2022, por lo que ésta se debería posponer hasta 2023. El argumento causó sorpresa porque Uruguay está en camino de terminar la emergencia sanitaria, pero desde cancillería explicaron que los temores no son por el coronavirus. “Lo que se busca evitar es el ingreso del virus del comunismo al país, porque se trata de una pandemia que puede causar estragos, sobre todo a nivel cultural”. También recordaron que “los funcionarios de Naciones Unidas, así como los que trabajan para ONG internacionales o gobiernos socialdemócratas europeos constituyen uno de los principales grupos de riesgo en materia de transmisión del virus”. Y si bien reconocieron que las variantes locales del virus del comunismo “circulan en forma comunitaria, especialmente en los tablados durante febrero”, el ingreso de variantes extranjeras podría tener efectos “desastrosos”.
El reclamo: Cabildo Abierto pide mayores restricciones a la movilidad de ideas para detener esta pandemia.