“Es la prueba de que el sitio a la economía de Rusia está dando resultados. Sin veneno para sus opositores, Vladimir Putin no podrá seguir mucho tiempo más en el cargo”. Este fue el análisis que hizo un funcionario de la diplomacia europea sobre la muerte de Ravil Maganov, el presidente de la petrolera Lukoil, quien había cuestionado la invasión a Ucrania. El magnate, que estaba internado en un hospital, falleció al caer de una ventana. Según un experto en política rusa de la Universidad de Yale, muy probablemente se esté ante un asesinato “de características inusuales”, ya que tradicionalmete Putin suele envenenar a sus críticos. “Es altamente probable que Rusia ya no esté pudiendo fabricar venenos debido a las restricciones al comercio tras las sanciones que le impusieron las potencias occidentales. Si esto es así, quizás estemos asistiendo a sus últimos días como mandatario, porque si pierde su capacidad de envenenar a las personas que lo critican, la gente ya no va a respetarlo. Tirar a alguien por una ventana es algo que puede hacer cualquiera. El envenenamiento es algo más complicado. Si Putin pasa a ser visto como un simple matón en lugar de un experimentado exagente de la KGB, gran parte de su halo maléfico desaparecerá”.

La confesión de Putin: “No asistiré al entierro de Gorbachov. En general no voy a los entierros de las personas que alguna vez me criticaron porque tengo miedo de la radiación o las sustancias tóxicas”. Vladimir el Terrible.