Ayer se conmemoraron los 50 años del derrocamiento del presidente chileno Salvador Allende a manos de las Fuerzas Armadas comandadas por Augusto Pinochet. En nuestro país el golpe de Estado chileno fue definido unánimemente como uno de los episodios más oscuros de la historia reciente de América Latina, aunque no todos coincidieron en sus causas. Según el expresidente Julio María Sanguinetti, el asalto a La Moneda fue “el corolario de una serie de ataques a la democracia que no vinieron sólo de la izquierda radical, sino también de las fuerzas conservadoras, pero que tuvieron su origen cuando algunos chilenos se inspiraron en los tupamaros uruguayos. Es evidente que, de no haber sido por ellos, no hubiera habido golpe de Estado en Chile”. El senador Guido Manini Ríos, mientras tanto, opinó que Augusto Pinochet fue un personaje “complejo y lleno de contradicciones”, a quien le tocó enfrentar “una situación política muy inestable como consecuencia de la presencia de tupamaros en suelo chileno”.

La coincidencia: “Ojo que Allende también había hecho cosas malas”. Mensaje en X repetido centenares de veces durante el día de ayer.