Si bien durante los últimos años se ha avanzado mucho en la lucha contra el acoso callejero, aún falta mucho para que las mujeres puedan caminar por las calles sin ser víctimas de comentarios sobre sus cuerpos. Una prueba de ello es que varias mujeres admitieron que evitan pasar frente al segundo piso de transformaciones que está construyendo Álvaro Delgado. “Ahí antes no había nada y una podía pasar tranquila, sin miedo de que le dijeran alguna guarangada. Pero cuando empezaron a construir el segundo piso de transformaciones se volvió imposible. Cada vez que pasás, Delgado te tira algún viaje, tipo ‘¿Qué hacés, bomboncito?’ o cosas por el estilo. Ahora prefiero cruzar a la otra vereda”, relató una vecina.
Otra mujer que elige a diario desviarse un par de cuadras para no pasar por ese lugar declaró: “La gota que derramó el vaso fue cuando Luis Alberto Lacalle Herrera pasó a revisar las obras. Fue una cosa muy, pero muy desagradable. Te juro que desde ese día no volví a pasar por ahí”.
La esperanza: “Afortunadamente, todo parece indicar que en noviembre van a abandonar las obras, por lo menos por cinco años”. Transeúnte más o menos aliviada.