Para la mayoría de los ciudadanos el año empieza a terminarse a mediados de diciembre, pero en el caso de los asesores de campaña las vacaciones comienzan hoy mismo. Es que, tras las elecciones internas, las generales y el balotaje, el trabajo de quienes diseñaron las estrategias electorales de los partidos políticos se dio por finalizado. “Estoy muy contento de terminar mi laburo, porque estaba bastante cansado. Fue un año muy intenso. Pero lo bueno de ser asesor es que después de estar varios meses decidiendo qué puede decir y qué no puede decir un candidato, te desaparecés durante cuatro años y no te tenés que preocupar por las cosas que pasan en el país”, explicó un profesional de la comunicación política que estuvo haciendo campaña hasta ayer.
Otro asesor confesó: “Si bien hacer una campaña electoral es estresante y agotador, por lo menos es divertido. Eso de estar cuatro años dialogando, construyendo políticas de Estado y todo ese tipo de cosas aburridas no es para mí. Encima de todo ganás mucho menos”.
La frase: “Entre que nadie te conoce demasiado y que las elecciones son cada cinco años, siempre vas a poder volver sin importar qué tan mal te haya ido”. Asesor político consultado mientras se estaba tomando un avión.