Tras una sorpresiva y fugaz ofensiva, la organización islamista suní Hayat Tahrir al Sham (HTS) entró en Damasco y derrocó al régimen de Bashar al Assad. Ahora los rebeldes, liderados por Abu Mohamed al Golani, están dando los primeros pasos para encargarse del gobierno del país. El primero de estos pasos es asegurarse de que cualquier intento de rebelión contra las nuevas autoridades sea aplastado sin clemencia alguna. Según consideró un analista en temas internacionales, “con la llegada de HTS al poder se abre una nueva oportunidad para la paz. Eso siempre y cuando a alguna otra organización chiita no se le ocurra disputar el poder, o haya una contraofensiva de las tropas fieles a Al Assad o de alguna organización suní apoyada por Irán, o los kurdos intenten hacerse con el control del norte del país, o Estados Unidos decida instalar un gobierno títere para evitar que el yihadismo se apodere de Siria. Si eso llegara a pasar, no hay dudas de que Mohamed al Golani desatará una represión feroz que inevitablemente va a causar un recrudecimiento de la guerra civil”.
La confesión: “Honestamente, ya ni me acuerdo de a quiénes teníamos que apoyar”. Oficial de la CIA.