La huida del presidente sirio a Rusia permitió a la prensa local e internacional ingresar a su palacio, en donde se pudo comprobar que vivía rodeado de lujos. A modo de ejemplo, en su gigantesco garaje tenía una impresionante colección de automóviles de alta gama valorada en decenas de millones de dólares. Un especialista en temas económicos consideró que estas revelaciones “evidencian que el derrame estaba a punto de llegar”. “Es una lástima, porque después de tantas décadas de una acumulación de riquezas en medio de un panorama en el que decenas de millones de sirios sobrevivían en medio de la pobreza o de la miseria, la economía estaba a punto de caramelo como para comenzar a derramar toda esa prosperidad. Desgraciadamente, y como suele ocurrir con frecuencia, la política se metió en la conversación e impidió que la economía hiciera su trabajo. Lo único que podemos esperar de todo esto es que el mundo aprenda definitivamente la lección y comprenda que no es conveniente apurar, ni mucho menos modificar, el proceso de derrame de la riqueza que al final del día es beneficioso para todos”, declaró el especialista.

El derecho a celebrar: “¿Qué pasa, los sirios pueden festejar la caída de Al Assad disparando armas y nosotros no?”. Benjamin Netanyahu, primer ministro que bombardea de alegría.