Un estudio realizado por la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República descubrió que, contrario a lo que se pensaba, los perros y los gatos reaccionan de forma muy diferente al ruido de la pirotecnia. “Tanto los perros como los gatos sufren mucho con los fuegos artificiales, debido a que sus oídos son muy sensibles, pero en el caso de los gatos el sufrimiento se ve atenuado por el placer que les provoca ver cómo los perros también sufren”, se explica en el estudio.
Los perros, en cambio, son incapaces de disfrutar con el sufrimiento de sus archienemigos gatunos. “Al no contar con glándulas secretoras de cinismo, los perros no tienen defensas que les permitan sobrellevar mejor la angustia. La falta de empatía de los gatos claramente les juega a su favor”, se afirma en otro tramo del trabajo.
La crítica: “Yo también la paso mal, pero no por eso me pongo a jadear y a mover la cola como un idiota”. Gato mala onda.