¿El arte imita a la vida o la vida imita al arte? La pregunta no tiene una respuesta única y seguramente ocurren las dos cosas con mucha frecuencia. Ayer, en Colombia, pasó lo segundo. Durante una reunión de los hijos de Gabriel García Márquez, el fantasma del premio Nobel de Literatura y figura clave del realismo mágico se materializó y la emprendió a puntapiés contra los traseros de sus herederos. “¿Qué parte de que no quería una adaptación de Cien años de soledad no entendieron? ¿Qué parte de que tenían que destruir mi novela inconclusa no entendieron? ¿Qué parte de proteger mi legado no entendieron? Lo único que entendieron es que mi obra es una mina de oro”, profería el espectro mientras golpeaba a sus hijos.

La publicación de la novela póstuma del escritor en contra de sus propios deseos expresos generó una grieta en la realidad que permitió al fantasma de García Márquez regresar al mundo de los vivos y desahogar su rabia. Ahora, los hijos del escritor deberán pasar 100 días con el trasero dentro de una palangana rellena con una infusión de hierbas que sólo una anciana curandera de 347 años de edad que habita en la Ciénaga Grande de Santa Marta sabe cómo preparar.

El proyecto: Los herederos de García Márquez preparan la construcción de Macondo World, un parque temático inspirado en Cien años de soledad.