Peter Higgs había sido galardonado con el premio Nobel de Física en 2013 por sus aportes para la identificación del bosón que lleva su nombre. Pero, a pesar del reconocimiento universal, este físico británico fallecido ayer no se sentía a gusto con su descubrimiento. “Dediqué décadas de mi vida a investigar los secretos de la materia y lo hice con la esperanza de mejorar la vida de las personas, pero me doy cuenta de que les traje un gigantesco dolor de cabeza. Mi teoría es virtualmente incomprensible para el 99,999% de los seres humanos que intentan descifrarla cada vez que leen una noticia sobre los colisionadores de hadrones”, confesó Higgs en una entrevista concedida semanas antes de su muerte.

Según sus biógrafos, el laureado físico se sentía “especialmente atormentado” por los efectos que tuvo su descubrimiento en los adolescentes. “Sé que mis investigaciones provocaron y seguirán provocando el sufrimiento de millones de liceales que deberían estar disfrutando de la vida y en lugar de eso deben romperse la cabeza intentando comprender este asunto. Eso es algo que jamás me voy a perdonar”.

La prueba: “La física teórica logró probar que en algún lugar del Universo existe una forma sencilla de explicar la teoría de Higgs”. Neil deGrasse Tyson, divulgador de cosas incomprensibles.