Según varias encuestas, los ciudadanos que desconocen qué se vota el 30 de junio o directamente no saben que hay elecciones se cuentan por centenares de miles y superan ampliamente a los que están mínimamente informados. Pero el viernes se conoció un dato aún más impactante: el 90% de los precandidatos no sabe para qué se presenta.

Un precandidato de un partido que se mueve casi exclusivamente en redes sociales reconoció que su objetivo es “alejarme un poco de las preocupaciones del trabajo y de la intensidad de mis hijos de cuatro, seis, nueve y 11 años, sin tener que desperdiciar dinero en ir al fútbol o salir a tomar con mis amigos”. Pero el fenómeno también se da en los partidos grandes. “Esto no es un proyecto personal que yo tenga desde hace tiempo. A mí me vinieron a buscar. El tema es que me olvidé de preguntar para qué me vinieron a buscar, así que ahora no tengo idea de por qué estoy acá. Yo sólo espero que no ocurra algún fenómeno extraño de esos tan comunes en estos tiempos y yo termine como candidato, porque la verdad ni siquiera me interesa mucho la política”, confesó un precandidato de uno de los partidos tradicionales.

La respuesta: “¿De verdad soy precandidato a la presidencia? No tenía idea. Me estoy enterando en esta entrevista”. Político no muy serio.