Ninguna de las dos aeronaves modelo Hércules que adquirió el Estado por 22 millones de dólares en 2020 se encuentra operativa. Una de ellas está en Chile, esperando un nuevo motor, y la otra en Portugal, sometiéndose a un mantenimiento que debería haber terminado en diciembre del año pasado. Este último caso es el que más preocupa a las autoridades, debido al temor de que la aeronave, que perteneció durante varias décadas al Reino de España, esté pensando en tramitar su jubilación en ese país. “Desde la empresa encargada del mantenimiento nos siguen dando largas con el argumento de que tienen problemas internos. Pero nosotros sospechamos que en realidad es el avión que no quiere venir. Seguramente él no tenía entre sus planes seguir trabajando después de viejo, y bueno, que tenga que seguir y encima en Uruguay, lejos de sus afectos, seguramente no le gustó nada”, indicó el senador y exministro de Defensa Nacional Javier García.

El legislador nacionalista también consideró que la experiencia del otro avión, que está varado en Chile por la rotura de uno de sus motores luego de varios meses de inactividad tras la avería del otro motor, “seguramente lo preocupó porque se vio a sí mismo terminando sus días en un desguazadero en el Tercer Mundo en lugar de en un museo en España”.

La propuesta: “Con esos aviones se podría construir dos escuelas. Sólo es cuestión de sacarles los asientos, poner un par de paneles de yeso y listo, ya tenemos la escuela. Total, no pueden volar”. Javier García, encargado de compras de las Fuerzas Armadas.