Si bien el mercado de las divisas digitales no es la primera actividad económica en la que se piensa cuando se habla de industrias contaminantes, lo cierto es que el enorme gasto energético necesario para el proceso de minado genera enormes afectaciones en el medioambiente. Según un estudio divulgado por la Organización de las Naciones Unidas y Greenpeace, las criptomonedas son la forma de estafa que consume más energía fósil. “A diferencia de las estafas tradicionales, como el cuento del tío, o incluso de estafas a gran escala, como el vaciamiento de bancos por parte de transnacionales de las finanzas, cuyo impacto ecológico es mínimo comparado con la aviación o la agricultura, las criptomonedas necesitan enormes cantidades de energía, y obviamente buena parte de esas energías son fósiles. Es fundamental que empecemos a apostar por formas de estafa menos contaminantes para cuidar el planeta”, se afirma en el informe.
El eslogan: “Invierta en criptomonedas con tranquilidad y confianza”. Campaña publicitaria en los baños de las cárceles de Estados Unidos y Europa.