Con la intensificación de la campaña electoral, se viene lo que todo uruguayo adicto a la democracia liberal realmente ama: las caravanas. Pero para algunos estas también pueden ser fuente de ansiedades. Tal es el caso de Fernando Fernández, frenteamplista del barrio Malvín, quien el mes pasado compró un Passat gasolero del 83, para poder concurrir a las caravanas sin vergüenzas ni culpas pequeñoburguesas.

“¿Qué querés que te diga? La verdad es que me daba cosita ir a una caravana del Frente en mi Toyota Rav4 híbrida 2023. La gente te mira raro, sobre todo los que no están ahí... ni hablar del terror de viralizarme con la bandera del MLN flameando desde la ventanilla trasera de vidrios blindados de mi SUV”, confesó el militante. “Por eso es que me puse a buscar en Mercado Libre y encontré un Passat del 83, gasolero, nunca taxi, a tan sólo 3.000 dólares y ta, lo compré en el acto, vía transferencia bancaria”, agregó el frenteamplista de riñón cubierto.

Esta modalidad ya es tendencia y ha provocado una corrida hacia los usados de alto kilometraje y modelos viejos en general, lo que aumentó su precio en el mercado. “El crecimiento es impresionante, ahora hay mejores márgenes en un Fiat 600 o un Ford Escort del 87 que en una camioneta último modelo”, comentó un vendedor de autos usados, de cabeza rasurada y barba candado, a El Cascote News, hoy en la diaria en reemplazo de El Faro del Fin del Mundo.