La dura pero, para algunos, necesaria medida fue anunciada horas después del último partido de Uruguay por Eliminatorias contra Venezuela: a partir del primero del mes entrante, se prohíbe el ingreso de pasajeros de Estados Unidos y no habrá formas de “dibujarla”.

“No nos queda otra: sabemos que es una decisión antipática y que puede impactar negativamente en los negocios de Uruguay con la superpotencia, pero no podemos seguir permitiendo que jugadores de la Major League Soccer [MLS] engrosen las filas de nuestro combinado nacional”, aseguró Petru Valenti, director general de Migraciones, socio de Miramar Misiones y declarado enemigo del fútbol estadounidense y norteamericano en general. “Es algo que haremos por tiempo indefinido, calculale que mínimo tira hasta el próximo mundial”, agregó.

El espectro político y empresarial se manifestó contrario a la iniciativa, sembrando dudas como “qué pasa si el próximo presidente estadounidense quiere venir a Uruguay” o “qué onda si un cliente quiere venir de allá para que lo llenemos de asados”, pero estas inquisiciones no han hecho temblar el pulso a las autoridades: los futbolistas de aquella liga no pisarán suelo patrio.