A pesar de que la Jutep determinó, en votación dividida, que Álvaro Danza no violó la Constitución al presidir ASSE y trabajar en mutualistas al mismo tiempo, el jerarca decidió renunciar a sus actividades relacionadas con la salud privada. Ahora, y tras una consulta con el estudio jurídico Delpiazzo, Danza dedicará las horas libres que le quedarán a realizar una labor que no está relacionada con el mundo de la salud, sino con el de la diplomacia. Concretamente, comenzará a desempeñarse a partir de enero del año que viene como embajador uruguayo en Tokio. Según explicó el propio jerarca, “además de la medicina, las relaciones internacionales siempre han sido mi pasión. Sé que va a ser difícil desarrollar ambos trabajos al mismo tiempo, porque no voy a tener más remedio que viajar todas las semanas. Lo bueno es que el viaje a Tokio dura más de 30 horas, así que prácticamente voy a poder dirigir ASSE desde el avión”.
Precisamente, la duración del vuelo es uno de los motivos que llevaron a Danza a elegir Tokio como destino. “Allá voy a pasar cuatro días y medio, viviendo en la residencia oficial, es decir, sin pagar alquiler, y los restantes tres días y medio voy a estar arriba del avión, así que ahí tampoco tengo que pagar. Ese presupuesto en vivienda que me voy a ahorrar por no estar en Montevideo me va a venir muy bien ahora que estoy con poco trabajo”.
El pronóstico: “No creo que este asunto de Danza vaya a tener costos electorales para el Frente Amplio. Cuando saltó todo lo de Sendic, allá por 2016, dijeron lo mismo, y en las elecciones siguientes nos fue bárbaro”. Dirigente frenteamplista con poca memoria.