Una de las principales preocupaciones con respecto a la implementación del sistema de transporte que conectará el corredor integrado por San José, Montevideo y Canelones es qué tanto se demorarán las obras. Entre los responsables del proyecto existe cierta preocupación porque las críticas de los diferentes actores relacionados con el tema se están demorando más de la cuenta. “Que no haya tanta resistencia sólo puede querer decir una cosa: estamos haciendo las cosas mal. Si estuviéramos haciendo algún tipo de transformación de fondo, tendríamos a todo el mundo en contra, y eso no está ocurriendo”, advirtió un integrante de la comisión gubernamental que trabaja en el tema.

En el gobierno son conscientes de que la evolución natural de los procesos en Uruguay consiste en que primero se plantea un cambio radical, luego aparecen resistencias de quienes se oponen a este cambio, tras eso se modifica la idea original para evitar conflictos y dejar a todo el mundo contento, y ahí sí se procede a la fase de ejecución. “La segunda etapa de este proceso se está demorando demasiado y eso quiere decir que el resto de las etapas también se va a demorar. Si los involucrados en el tema no se ponen a tiro con sus intentos de sabotear el proyecto tal como está, esto quizás ni siquiera esté pronto para el primer partido del Mundial 2030”, advirtió el integrante de la comisión.

La reflexión: “Quizás debamos agregar más medios de transporte y posibles trazados, y así ampliar la cantidad de actores que tengan reparos importantes a la reforma”. Estratega de la queja.