Durante un almuerzo de trabajo organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing, el presidente de la República, Yamandú Orsi, se refirió a lo que él calificó como “tropiezos discursivos y desvíos comunicacionales” de su parte. Si bien en ese momento el mandatario defendió su postura de decir lo que piensa sin medir las consecuencias, horas más tarde reconoció en su entorno inmediato que sus palabras no fueron felices. “El presidente estaba muy entusiasmado por haber defendido en público su política de decir las cosas que piensa sin medir los costos políticos que esto podría generarle, pero un par de horas después se dio cuenta de que en realidad había sido una locura decir eso ante un auditorio de empresarios y las cámaras de todos los medios del país. Sus niveles de desaprobación están subiendo mucho y este tipo de cosas no lo ayudan. El problema es que generalmente se da cuenta después de hablar”, relató una fuente de Torre Ejecutiva.

A pesar de considerar que cometió un error, Orsi no planea salir a desmentir sus palabras. “Salir a decir que lo pensó mejor y en realidad no está bueno tener deslices comunicacionales podría llegar a ser un desliz comunicacional en sí mismo, algo que lo acercaría a un estado paradojal del que quizás no lograría salir”, advirtió la fuente consultada.

El argumento: “No hay presidentes perfectos. Todos cometen errores. Orsi tiene declaraciones desafortunadas y Lacalle Pou encabezó una administración repleta de turbiedades. Yo creo que están a mano”. Militante nacionalista que está contento con el empate.