El debate sobre el papel del carnaval montevideano como instrumento del Frente Amplio para construir la hegemonía cultural se ha convertido en un verdadero clásico de febrero. Si bien en la derecha todos coinciden en que el carnaval es uno de los frentes en los que se debe pelear la batalla cultural, no todos están de acuerdo en quiénes podrían ser los aliados en esta lucha. “Como todo proyecto de la izquierda cultural, el carnaval es wokista. Desde ese punto de vista, los chistes escandalosamente groseros de Cucuzú serían una de las mejores armas para luchar contra la corrección política. Por otro lado, tener a Cucuzú de aliado sería la demostración de que nuestras teorías sobre la hegemonía gramsciana en el carnaval son una pelotudez, porque en última instancia estamos hablando de tipos con vestidos medio ridículos y la cara pintada haciendo chistes que generalmente son verdes o infantiles. Estamos en un verdadero dilema”, confesó un investigador del Instituto Manuel Oribe.

La reflexión: “El día que no se puedan hacer rimas con palabras como ‘lija’ y ‘exhorto’, la izquierda habrá ganado”. Pensador y guerrero cultural.