Un borrador del programa de gobierno de los liderados por Guido Manini Ríos contempla el pase de integrantes de las Fuerzas Armadas a la comuna con el objetivo de “disciplinar” su funcionamiento interno y contrarrestar la influencia de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales. Una de las tareas de estos militares será administrar un centro de reclusión a donde serán llevados los expedientes administrativos cuyo pasaje por las dependencias municipales esté demorando demasiado. “El efecto combinado de la reclusión y del trato disciplinado hará que los legajos se alejen de la influencia nefasta de la subversión gremial y comiencen a comportarse con patriotismo y a trabajar por el bien de los montevideanos y de todos los habitantes de la República Oriental del Uruguay”, puede leerse en el borrador.

El pasaje de los expedientes a estos centros de reclusión dependerá de un tribunal militar, ya que los cabildantes desconfían de los civiles encargados de velar por el buen funcionamiento de la burocracia municipal.

La interpretación histórica: “Entre los expedientes que circulan por las dependencias del Palacio Municipal hay elementos radicales que amenazan la institucionalidad departamental. Estos demonios sólo se pueden combatir con otros demonios”. Julio María Sanguinetti, expresidente que está hecho un demonio.