La situación de los “cuarentones” está en el tapete debido a que por estos días deben definir si se quedan en el régimen mixto o se desafilian de su AFAP. Pero si bien se suele hablar de un “problema”, debido a que en ambos casos los ingresos son bastante menguados, hay varios integrantes de este grupo etario, mayormente hombres, a quienes la idea de jubilarse con ingresos similares a los de un joven recién llegado al mercado de trabajo les resulta muy atractiva. “A lo mejor eso puede ser una oportunidad para largar todo a la mierda. La verdad es que me atrae mucho la idea de jubilarme, mudarme a un monoambiente, comprarme una moto y patinarme toda la guita los sábados pagándoles tragos a minitas, porque, total, después puedo comer arroz el resto de la semana”, reconoció un hombre de 48 años a quien la juventud se le pasó demasiado rápido y siente que no pudo cumplir ni siquiera una pequeña parte de sus sueños y por eso no está preparado para pasarse el resto de su vida sentado en el sofá y mirando la tele como un hombre de familia común y corriente.
El espíritu de los cuarentones: “Si me pagan un implante capilar soy capaz de renunciar al 50% de mi jubilación”. Futuro pendeviejo.