Las fisuras que estaban apareciendo en la relación entre el presidente de Estados Unidos y el hombre más rico del mundo se convirtieron el jueves de la semana pasada en una grieta gigantesca, con acusaciones cruzadas que incluyeron la sugerencia por parte de Musk de que Trump estuvo involucrado en una trama de abuso sexual de menores. Pero ayer el mandatario intentó restarle trascendencia al asunto. “Esta no es una pelea real, sino que es un enfrentamiento que se está desarrollando en mi subconsciente. Elon Musk es un amigo imaginario que surgió en mi cerebro hace algunos años. Junto con él fundamos un club dedicado a organizar peleas clandestinas. Yo lo admiraba mucho, pero con el tiempo me di cuenta de que era simplemente un producto de mi imaginación. A pesar de que entiendo perfectamente la situación, me está costando mucho deshacerme de él. El cerebro es algo realmente misterioso. No descarto la posibilidad de que la única forma de solucionar el problema sea pegándome un tiro en la cabeza”, declaró Trump en un encuentro con periodistas.
Situación parecida: “Donald Trump es una invención mía, pero también es real”. Vladimir Putin, líder mundial creativo.