En una inusual demostración de autocrítica, el primer ministro israelí admitió ayer que la situación interna de Israel “está muy lejos de ser la ideal”. “Tenemos muchos asuntos que atender en la economía, en la educación y en muchos otros temas. Pero además hay una disparidad muy grande entre las diversas zonas que integran nuestra nación. La Franja de Gaza, por ejemplo, es una de las regiones más desfavorecidas de Israel. Tiene problemas muy graves. El déficit en infraestructura es realmente muy grande. El hecho de que una parte de Israel esté en ese estado es algo que nos debería interpelar a todos”.
Netanyahu se refirió también a la región de Cisjordania. “En esa zona de Israel la situación de la infraestructura no es tan grave, pero hay algunos problemas de integración con algunos inmigrantes. En ese aspecto vamos a ser inflexibles. Si esas personas no se adaptan a vivir en nuestro país, tendremos que deportarlas”.
El nuevo eslogan de Israel: “Israel, un país que crece”.