El presidente de Estados Unidos ha manejado en varias ocasiones la posibilidad de presentarse a la reelección en 2028, a pesar de que la Constitución de su país prohíbe explícitamente que alguien ocupe la oficina oval más de dos períodos y el Partido Republicano no tiene las mayorías necesarias para cambiarla. Ante este panorama, Trump anunció ayer su intención de competir por la presidencia de El Salvador, país que acaba de aprobar la reelección indefinida. Trump declaró que si bien el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, “es una persona realmente fantástica”, no está capacitado “para hacer a El Salvador grande nuevamente”. “Está muy bien eso de perseguir a los delincuentes como las ratas que son, y obviamente recibir y encarcelar a inmigrantes ilegales deportados de Estados Unidos, ¿pero qué pasa con los inmigrantes y delincuentes que llegan ilegalmente a El Salvador, contaminan la sangre del país y amenazan su cultura, sus tradiciones y su estilo de vida? Creo que yo puedo hacer un gran trabajo allí”.
El compromiso: “No voy a promover una reforma constitucional que me permita ser reelecto en Estados Unidos. Más bien estoy pensando en dar un golpe de Estado”. Donald Trump, presidente latinoamericano en el cuerpo de un presidente estadounidense.