El publicista Claudio Invernizzi declaró ayer ante el juzgado penal de 44º Turno en calidad de testigo, en el marco de una denuncia contra el coronel retirado Eduardo Ferro, por su participación en torturas en el Batallón de Ingenieros 4 de Laguna del Sauce durante la dictadura militar. La denuncia la presentó en 2018 Raul Giorgetta en Maldonado, y en la audiencia también participaron representantes de la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad, a cargo de Ricardo Perciballe.
En su declaración, Invernizzi dio testimonio de las torturas recibidas en el Batallón e identificó a Ferro como uno de los que participaba en los apremios físicos. Ferro, que se encuentra prófugo en España, no era integrante del Batallón y se estima que su presencia en las torturas correspondía a la búsqueda de conexiones internacionales que pudieran existir, dado que Giorgetta había llegado recientemente desde Buenos Aires, en un viaje familiar y ajeno a su militancia.
Invernizzi fue detenido en febrero de 1975, junto a Giorgetta y Roque González, luego de pintar en un muro de Piriápolis “abajo la dictadura”. Estuvo recluido bajo tortura e incomunicado unos cuatros meses en el Batallón 4, luego fue trasladado a Melo, al 8º de Caballería, al Penal de Libertad, al cuartel de Rocha, y volvió al Batallón de Ingenieros 4, desde el cual fue liberado a fines de 1978.
“Éramos tres jóvenes (yo tenía 18 años) que éramos afiliadas a la UJC, pero la pintada no tenía ningún marco orgánico. Nos juntamos y salimos a pintar “abajo la dictadura”, fue un acto de resistencia espontáneo”, señaló.
Invernizzi reflexionó sobre la importancia de dar testimonio para dimensionar la realidad de lo ocurrido y que las causas avancen. “Si yo pudiera volver al año 75, y me hiciera de un spray, volvería a pintar lo que pinté en aquel momento. Una vez que superamos eso que pasamos por la tortura y pudimos, sin dramatismos, sobrevivirla, es inevitable que asumamos la responsabilidad de dar a conocer estas cosas, con el único objetivo de que la Justicia haga su trabajo, para que los culpables sean juzgados y que estas cosas no vuelvan a suceder”, expresó.
En su declaración, Invernizzi también habló de la responsabilidad que tuvo Dardo el Zorro Barrios, cuya responsabilidad se investiga en otras causas judiciales por violaciones a los derechos humanos. La primera fue presentada en Maldonado por integrantes del Comité de Resistencia Antifascista y jóvenes que pertenecían al Movimiento Marxista, quienes lo denunciaron por torturas en ese predio militar. Luego, a partir de la declaración de Raúl Giorgetta se formó una pieza separada para investigar la detención de Invernizzi y González.
A Barrios también se lo acusa de estar vinculado a la muerte del militante del Frente de Izquierda de Liberación Gelos Bonilla, asesinado el 6 de enero de 1976, en el Batallón de Laguna del Sauce, aunque la causa fue archivada, luego del fallecimiento de las personas sobre las que se había pedido procesamiento con prisión. Barrios fue detenido por Interpol a principios de diciembre en Paraguay, en Villa Florida, una localidad de 3.000 habitantes ubicada a unos 160 kilómetros al sur de Asunción. El militar había ingresado ilegalmente al país en 2005 y vivió varios años en Asunción, hasta que se mudó a Villa Florida, donde fue detenido con documentos paraguayos.
El coronel retirado, de 68 años, tenía orden de captura por torturas en el Batallón de Ingenieros 4 de Laguna del Sauce, donde se le imputa abuso de autoridad, privación ilegítima de libertad y torturas a más de 30 detenidos. Además, es investigado por los homicidios de Eduardo Mondello y Francisco Chocho. Cuando tenía el grado de teniente, fue el encargado de los interrogatorios del Batallón 4, entre 1972 y 1976, según identificaron varias víctimas del terrorismo de Estado. La causa vinculada al asesinato de Mondello se procesa en el Juzgado Penal 23 de Montevideo.
Cuando se conoció su detención, el publicista Claudio Invernizzi publicó en su cuenta de Twitter: “Acabo de enterarme que está preso el tipo que me torturó. El que me hizo conocer el olor del miedo. El que vandalizó la carne y el espíritu. El soldado del odio. ¿El que mató a Eduardo? ¿A Gelos Bonilla?”.
Tras ser extraditado, Barrios declaró en el Juzgado de 11º turno de Maldonado y quedó en libertad con medidas cautelares, con cierre de fronteras y fijación de domicilio, en el centro militar de Montevideo.
La defensa de Barrios, llevada por Emilio Mikolik y Graciela Figueredo, presentó un recurso de inconstitucionalidad de la Ley 18.831, de restablecimiento de la pretensión punitiva del Estado, y una excepción de prescripción de los delitos que se le imputan, que fue aceptado en primera instancia y recurrido por el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, por lo que se espera la decisión del Tribunal de Apelaciones sobre este punto.