Tras 25 días de vigilancia en un campo en la zona de Salto, en el límite con el departamento de Tacuarembó, el jueves al mediodía la policía logró la incautación de 460 kilos de cocaína, provenientes de Bolivia y valuados en unos cuatro millones de dólares.
En el operativo fueron detenidas cuatro personas (dos uruguayos, un boliviano y un brasileño) que descargaron la droga desde una avioneta Cesna 128 a una camioneta que había sido alquilada.
Luego se realizaron 12 allanamientos en diferentes partes del país, en los que se detuvo a otras cinco personas, todas de nacionalidad uruguaya y sin antecedentes penales, y se incautó un arma y dinero en moneda nacional y extranjera.
Según informó este viernes el director nacional de Policía, Diego Fernández, la investigación comenzó con el trabajo de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas y la Fiscalía Especializada en Estupefacientes de 1º Turno, a cargo de la fiscal Mónica Ferrero.
La Operación Gallego comenzó el 6 de julio, a partir de la identificación de un uruguayo que se encargaba de organizar la logística para recibir el cargamento, en contacto con varios ciudadanos extranjeros a quienes dio alojamiento, transporte y a quienes les presentó el lugar de aterrizaje.
Con el lugar identificado y con la información de que estaba todo dado para la llegada de la droga, la Policía montó un operativo de vigilancia con 23 efectivos y puso en conocimiento a la Fuerza Aérea, que dispuso un helicóptero cerca del lugar. En las horas previas, las personas investigadas prepararon el terreno para utilizarlo como pista de aterrizaje y llevaron combustible al lugar, para que la avioneta lo cargara mientras se descargaba la droga.
Cuando llegó la avioneta, los efectivos se encontraban a unos 1.400 metros del lugar, ya que por lo despejado de la zona no podían acercarse más. Desde esa distancia no pudieron evitar que la avioneta volviera a despegar, dado que la fuerza no cuenta con el armamento adecuado para eliminar la capacidad de vuelo de una avioneta en esas condiciones.
En ese momento se dispuso su persecución con el helicóptero de la Fuerza Aérea y salieron del aeropuerto de Durazno dos aviones que siguieron su recorrido un poco más atrás.
Según explicó Fernández, la persecución no duró más de 20 minutos y la aeronave de la Fuerza Aérea debió regresar cuando la avioneta cruzó la frontera hacia Brasil.
“A pesar de que tenemos una ley de derribo, no está protocolizada, por eso se comportaron de acuerdo a lo que establece el marco legal y se dio cuenta a la Fuerza Aérea Brasileña”, señaló Fernández.
Por el momento se desconoce a qué grupo de narcotraficantes pertenecían los 420 ladrillos de cocaína que estaban grabados con la marca “Toro”. Fernández dijo que se trata de un logo que nunca había aparecido en una incautación, pero desestimó que ese dato pueda ser útil para identificar al cártel. Ninguno de los uruguayos detenidos tenía antecedentes penales ni estaba identificado como vinculado al narcotráfico.
Si bien se estima que el destino final de la droga estaría fuera de la región, Fernández dijo que aún restan varias diligencias para confirmarlo. Para el director nacional de Policía, el operativo da “muestras del trabajo iniciado el 1º de marzo”, y advirtió que se continuará apuntando tanto al gran narcotráfico como “a las bocas de droga en los barrios”.
“Esto para nosotros es un hito, no es la primera y no va a ser la última. El mensaje del Estado es muy contundente en cuanto a cuál es el camino que se ha emprendido y el camino que se va a seguir, es una señal para el país y para el exterior”, afirmó.
El jueves, el ministro del Interior, Jorge Larrañaga se refirió al operativo calificándolo de “un importante golpe al narcotráfico”, y destacó la actuación de los 60 efectivos que participaron en él.
Además de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas y la Fuerza Aérea, el operativo contó con el apoyo de las brigadas antidrogas departamentales de Tacuarembó, Rivera, Río Negro y Flores.