El fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, pidió el procesamiento con prisión por abuso de autoridad del médico Ramón Rodríguez De Armas, quien fue identificado por varios detenidos en el centro clandestino de Bulevar y Palmar y en la casona de Punta Gorda.
La causa se abrió a partir del testimonio de Alicia Cadenas y Elba Rama, quienes fueron detenidas en julio de 1976 en Buenos Aires, torturadas en el centro clandestino de detención Automotoras Orletti y trasladadas en el primer vuelo hasta Montevideo.En Uruguay, fueron llevadas a la casona de Punta Gorda, un centro de torturas conocido como el 300 Carlos R o infierno chico, y luego a la sede del Servicio de Información y Defensa (SID), ubicada en donde actualmente funciona la Institución Nacional de Derechos Humanos.
Las víctimas, en su mayoría miembros del Partido por la Victoria del Pueblo, denunciaron que un médico militar, al que llamaban Oscar 5 por su pertenencia al Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), se encargaba de controlar la resistencia a la tortura de cada detenido.
Muchos de los detenidos vieron la cara del médico a fines de octubre de 1976 en el patio trasero de la sede del SID, cuando la dictadura intentó presentarlos ante la opinión pública como detenidos en un falso operativo en el chalet Susy de Shangrilá, montado para legalizar su situación. En esa instancia, el médico actuó para que aparentaran estar en mejores condiciones físicas, dado que se intentaba simular que habían sido detenidos recientemente.
En esas condiciones les sacaron las vendas y pudieron verlo. ”En un momento, cuando nos sacaron a tomar sol, el médico torturador Oscar 5 dijo: 'A estos hay que darles algo para que se recuperen porque van a parecer cadáveres'”, relató Alicia Cadenas.
Además, otros detenidos lo vieron durante la tortura. Es el caso de Sergio López Burgos, quien declaró haber visto a Rodríguez De Armas mientras estaba recibiendo descargas eléctricas y el médico le dio una pastilla rosada. En un momento, al ver que estaba mirando por arriba de la banda que cubría sus ojos, se la bajó y le quedó en el cuello. Burgos, al igual que otras víctimas, también reconocen su voz “jadeante y asmática”.
Gastón Zina recuerda haber visto a Oscar 5 durante la tortura en el SID. Había quedado con un brazo “muy insensibilizado” después de ser colgado y, al atenderlo, le sacó la capucha. Al mostrarle en la audiencia una foto de Rodríguez, Zina dijo que es “muy parecido” a quien vio durante su reclusión.
Edelweiss Zahn, al igual que López Burgos, reconoce a Oscar 5 tanto en Uruguay como en Automotoras Orletti y dijo que le salvó de que le cortaran una pierna: “El médico era Oscar 5, me quedó la cara de él, me iban a cortar la pierna y me la salvó. El médico es un caso muy especial, hace una carrera para salvar vidas y se mete en esto, es algo inconcebible que su rol sea el decir hasta qué punto se puede torturar a alguien”
Elba Rama vio a Rodríguez De Armas cuando fue a atender a María Claudia García y lo reconoció en la audiencia por su forma de caminar. Sara Méndez también recordó a Oscar 5 como el médico que iba a ver María Claudia García en el piso de arriba de la sede del SID. Alicia Cadenas señaló que Rodríguez De Armas fue notificado por radio cuando María Claudia García estaba por dar a luz a Macarena Gelman y ordenó que la trasladaran al Hospital Militar.
En la causa se utilizó el testimonio del oficial Bernabé Saralegui, dado a otra sede, en el que el militar, que era encargado de la actuación de la OCOA en el 300 Carlos, dijo que Ramón Rodríguez De Armas iba “ocasionalmente” a ese centro clandestino.
En su declaración, De Armas negó conocer los centros clandestinos y dijo que se desempeñó en el Hospital Militar desde 1971 hasta 1996, cuando se retiró.
En su pronunciamiento, el fiscal Perciballe sostiene que todas las víctimas que fueron sometidas a torturas tanto en SID como en la casona de Punta Gorda coinciden en que en esos centros “participaba un médico a quien llamaban por el código que utilizaban los militares, Oscar 5, y, a pesar de las condiciones inhumanas en las que se encontraban los detenidos, varios de ellos lograron identificar sin lugar a dudas a ese médico como Ramón Rodríguez De Armas”.