La fiscal de Bella Unión Silvia Ferreira propuso un acuerdo abreviado con el agresor del peón rural, con penas alternativas a la privación de libertad.
Según pudo saber la diaria, Ferreira enmarcó la causa en un caso de lesiones personales por un problema de relacionamiento entre el agresor y el peón, lo que deja por fuera de la investigación todo lo relacionado a las condiciones de trabajo.
En la fiscalía hay malestar por una foto que se viralizó en las redes sociales al momento de denunciar el caso, ya que pudo corroborar que esa imagen corresponde a un caso ocurrido en Argentina. Según explicaron desde la fiscalía, la agresión ocurrida en Bella Unión es de menor entidad, lo que habilitó la tipificación de lesiones personales.
La fiscal Ferreira planteó un acuerdo con el imputado por medio de un proceso abreviado que presentará en la audiencia convocada para el martes 11 de agosto; esto implica una condena pero con medidas alternativas a la privación de libertad, ya que el hombre no tiene antecedentes penales.
Está previsto que la medida alternativa sea la de trabajo comunitario, una de las opciones que establece la ley de urgente consideración para estos casos. El normal procedimiento de la causa fue interrumpido por un caso positivo de covid-19 de un funcionario de la fiscalía, que obligó a ponerse en cuarentena a todos los trabajadores de la sede y a quienes participaron de los diferentes procesos esos días, incluyendo al joven agredido, que tuvo contacto directo con el caso positivo.
La Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA) analiza por estas horas convocar a una movilización en la puerta del juzgado, ya que entienden que el caso debe enmarcarse en el ámbito laboral y, en particular, en la relación de jerarquía entre el capataz y el peón.
El hecho ocurrió el 21 de julio en un establecimiento cañero propiedad de Boris Misena. Ese día el peón rural José Giménez, de 20 años, fue agredido con un rebenque por un capataz.
Esa jornada Giménez había encontrado materia fecal en sus herramientas, las limpió y comenzó a trabajar. Luego de unas observaciones sobre la forma de cortar la caña, el capataz lo acusó de haberle tocado el carburador de la moto, le pidió el machete y lo agredió con un rebenque, según contó el joven cuando realizó la denuncia a la fiscalía.
Según relató el joven a Subrayado, en dos meses de trabajo pasó por otras situaciones de agresión. Cuando se conoció el caso, el presidente de UTAA, Sergio Pintado, dijo a la diaria que el capataz es conocido en la zona por sus malos tratos a los peones y lo calificó de “un tipo siniestro”.
Sin embargo, allegados al capataz dijeron a la diaria que el hombre alegó que le habían puesto una víbora en la mochila y que además le rompieron su moto con una herramienta.