El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, declaró este jueves ante el fiscal de Flagrancia de 9º turno, Fernando Romano, en la causa que investiga presuntas amenazas por parte de Edwin Coco Parentini contra el ministro y el director del Instituto Nacional de Rehabilitación, Luis Mendoza.

Sobre las 18.00 el fiscal Romano se trasladó hasta la sede del ministerio para tomar declaraciones a Heber, quien explicó cómo le llegó la carta de Parentini, el hincha de Peñarol condenado por el caso de sicariato asociado al homicidio del hincha de Nacional Lucas Langhain y el ataque al hincha de Flamengo, que resultó herido de bala en Barrio Sur.

El fiscal Romano dijo a la diaria que el ministro se mostró sorprendido por la amenaza y señaló que “solamente había tenido un contacto” con Parentini, quien reclama ser trasladado, mejoras en las condiciones de reclusión y acceso a un teléfono.

Consultado sobre si las cartas dirigidas a Heber y Mendoza fueron entregadas por Parentini o descubiertas en una requisa, Romano señaló que, según el testimonio del policía, las cartas fueron encontradas por el funcionario, pero Parentini pidió que las entregaran al director y al ministro.

En cuanto a la eventual tipificación de amenaza o violencia privada, Romano explicó que si bien no hay una amenaza concreta, la amenaza se infiere del texto, cuando señala que tiene contactos en la calle que frecuentan los mismos lugares que las autoridades.

En diálogo con la diaria, el abogado de Parentini, Sebastián Puppo, dijo que el policía que hizo la requisa las encontró entre sus pertenencias y le preguntó qué era. “Se las encontraron, no es que él dijo que se las mandaran”, señaló Puppo, quien agregó que ese punto es clave para determinar si existió o no una amenaza. El abogado planteó que en las declaraciones ante los efectivos de la Zona Operacional I de la Jefatura de Policía de Montevideo, el funcionario que realizó la requisa en la celda de Parentini dijo que “lo encontró con una actitud hostil”, por lo que profundizó la revisión y encontró un cuaderno con apuntes.

“Él le dijo, sí, son mías, si querés leelas y llevátelas. Si él quisiera llama al llavero y les da la carta”, dijo Puppo, quien también fue abogado de Luis Alberto Betito Suárez, quien también estuvo preso en el módulo 12 y tras intentar ahorcarse logró entregar una carta a funcionarios en la que denunciaba las condiciones y solicitaba su traslado al Penal de Libertad.

Las cartas de Parentini

“Sos de carne y hueso, por lo tanto te cabe el plomo. No subestimes a los presos, como vos tenés inteligencia, nosotros también la tenemos. No le tenemos miedo, sólo pedimos respeto y que no se burlen nuestros derechos”, señala una de las misivas encontrada en la celda de la unidad de máxima seguridad del Comcar.

Parentini dijo que “lo único que están criando son bichos” y que “a su tiempo verán los resultados, que no van a ser nada buenos”. “Si bien estamos con muchos años de penitenciaría hay muchos amigos y compañeros que ya se van en libertad y van al mismo shopping que ustedes, al mismo estadio, cine rambla”, advirtió.

El privado de libertad denuncia también las condiciones de reclusión a la que es sometido y señala que desde hace cinco años sufre acoso policial, con 23 horas de encierro. “Aislándome de los presos, durmiendo engrilletado de pies y manos, reprimido con más de 50 balas de goma [...] Me han transformado en modo bicho y pretenden que me comporte como un ser humano”, cuestionó.

El módulo 12 del ex Comcar, ubicado dentro de esta cárcel, ahora es llamado “Unidad 25” por el Instituto Nacional de Rehabilitación, y se plantea que es una cárcel en sí misma de “máxima seguridad”. Tiene cuatro sectores: uno de seguridad, que depende directamente del gabinete del Instituto Nacional de Rehabilitación, dirigido por Luis Mendoza y con policías del cuerpo de seguridad penitenciaria a cargo; dos de alojamiento transitorio, que dependen de la dirección del ex Comcar; y uno de salud mental, que es gestionado por la Administración de los Servicios de Salud del Estado a través del hospital Vilardebó y el Servicio de Atención Integral para Personas Privadas de Libertad. Tanto el funcionamiento como sus características son las mismas que tenía el módulo 12 del Comcar.