En marzo de 2021 un hombre de 35 años y una mujer de 29 años fueron detenidos luego de intentar abortar por fuera del marco legal, que permite la interrupción de un embarazo hasta las 12 semanas de gestación o hasta las 14 semanas en casos de violación. Según informó este miércoles Montevideo Portal y confirmó la diaria, la pareja fue condenada a 13 años de prisión por homicidio agravado.
El embarazo llevaba 35 semanas de gestación. Fuentes de la investigación informaron a la diaria que la mujer recibió asesoramiento de salud, en el que le indicaron que tenía esas semanas de gestación y por eso estaba por fuera de los plazos legales para interrumpir el embarazo. En la misma consulta, a la que concurrieron ambos pero ingresó sola por los protocolos vigentes en ese entonces asociados a la covid-19, se le informó qué opciones podían tomar en esta etapa.
Sin embargo, la pareja alquiló una cabaña en Playa Hermosa, Maldonado, para llevar adelante el procedimiento. La mujer ingirió misoprostol, medicación que se utiliza para abortar porque provoca contracciones uterinas. En esta misma línea, como provoca contracciones, también es utilizado como inductor del parto en embarazos a término. Por lo que la mujer tuvo un parto vaginal y el bebé nació vivo. Luego de cortar el cordón, lo envolvieron en una toalla que le cubría la cara. Se dirigieron a un hospital y dejaron al bebé solo dentro de la vivienda. En el camino al hospital, el hombre llamó a la Policía, pero no alertó que el bebé había nacido vivo. Luego se negaron a dar la dirección de la casa y rechazaron la concurrencia de la Policía. Al otro día, mediante una orden de allanamiento, la Policía logró ingresar y dentro de la vivienda estaba el bebé muerto.
Inicialmente, ambos fueron imputados con prisión preventiva, pero luego pasaron a prisión domiciliaria. Las estrategias de las defensas fueron diferentes. El hombre intentó reducir su responsabilidad planteando que desconocía la edad de gestación y que creía que estaba participando de un aborto legal, aunque reconoció que se trataba de un embarazo de 20 semanas, lo que está por fuera de la ley. Por su parte, la mujer planteó que no recibió atención médica durante el embarazo y que no se realizó ninguna ecografía, por lo que desconocía cuántas semanas de gestación tenía.
El caso fue llevado adelante por la Fiscalía Departamental de Maldonado de primer turno, a cargo del fiscal Sebastián Robles. Ambos fueron condenados a 13 años de prisión efectiva por homicidio especialmente agravado. Según la sentencia, el nacido “tenía potencialidad para vivir de forma independiente de la madre”, por eso se habla de un homicidio. Hasta que la sentencia esté firme, permanecerán en prisión domiciliaria.
Fuentes de la investigación informaron a la diaria que los factores determinantes para esta imputación no estuvieron asociados únicamente a la interrupción del embarazo, sino a las decisiones posteriores que tomó la pareja: envolver al bebé tapándole la cara, dejarlo encerrado en la cabaña, llamar al Servicio de Emergencias 911 y no informar sobre la situación, negar los hechos luego de ser consultados, no especificar dónde era la vivienda en que habían ocurrido los hechos, a la que se llegó mediante el seguimiento de cámaras de videovigilancia.