La fiscal de Flagrancia de 4° turno, Brenda Puppo, archivó la denuncia por antisemitismo impulsada por el Comité Central Israelita del Uruguay (CCIU), contra cinco manifestantes del 8M que exhibieron un muñeco con una estrella de David en la frente y realizaron una actuación en solidaridad con los palestinos asesinados por el ejército israelí en la Franja de Gaza.
“Se priorizó la libertad de expresión y de manifestación ante una tentativa de censura”, expresó a la diaria el abogado Maximiliano Dentone, quien representó a las denunciadas.
En la resolución de archivo a la que accedió la diaria, la fiscal Puppo relata que las cinco mujeres denunciadas declararon que antes de la marcha definieron solidarizarse con las víctimas de Palestina y que la marioneta la crearon con rasgos del presidente argentino Javier Milei por ser un claro defensor del sionismo. En cuanto a la estrella en la frente, dijeron que la sacaron de la bandera de Israel. Además, sostuvieron que su manifestación no fue en contra del pueblo judío, sino en contra del genocidio en Gaza y presentaron como evidencia la cartelería que exhibieron en la manifestación con leyendas como “Palestina libre” y “nunca antisemita, siempre antisionista”.
Puppo explicó en el documento que la base de su trabajo fue considerar si las denunciadas incurrieron en la conducta tipificada en el artículo 149 bis del Código Penal, que prevé penas de tres a 18 meses de prisión para quien “públicamente o mediante cualquier medio apto para su difusión pública incitare al odio, al desprecio, o a cualquier forma de violencia moral o física contra una o más personas en razón del color de su piel, su raza, religión, origen nacional o étnico, orientación sexual o identidad sexual”, para lo cual debía analizar si hubo intención de incitar al odio hacia la colectividad judía por parte de las manifestantes, y agregó que la intención “no sólo surge de la declaración de las manifestantes, sino del contexto en donde ocurrieron los hechos”.
La fiscal consideró que los carteles en la manifestación “son importantes porque corroboran lo que ellas declararon, en cuanto a que lo que pretendieron manifestar no era odio a los judíos, sino rechazo a la política que lleva adelante el Estado de Israel en perjuicio de los palestinos, con quien su colectivo se solidariza”.
“Podrá no gustarnos la manera que eligieron para expresarse a través de la creación de esa marioneta, pero ello no puede ser argumento para considerar que se cometió un delito”, sostuvo la fiscal, quien citó un informe de la Comisión de Venecia, referido en una revista de derecho uruguaya, en la que habla sobre los límites de la incitación al odio y la libertad de expresión.
“La aplicación sobre la legislación sobre odio debe hacerse con mesura para evitar un resultado en el que unas restricciones que se dirigen potencialmente a proteger a las minorías contra abusos, extremismos o racismos, tengan el efecto perverso de acallar las voces opositoras y disidentes, silenciar a las minorías, y reforzar el discurso y la ideología dominante en materia política, social y moral”, expresa el texto citado.