Detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones de San Isidro investigan una conexión paraguaya en la banda que intentó robar el Banco Macro a través de un túnel de 150 metros iniciado desde el local donde había funcionado un taller de chapa y pintura. Según indicaron a la diaria fuentes allegadas a la investigación, además de los referentes de la barra de Nacional Alan Lorenzo y Nicolás Carpani, se investiga la participación de otros uruguayos y de varios paraguayos que participaron en la construcción del túnel que fue descubierto el 4 de agosto por un vehículo que transitaba por la calle Chacabuco, frente al banco.

El caso ya cuenta con varias líneas de investigación que conectan el robo al Banco Macro con el crimen organizado en Paraguay. El primer detenido del caso, Alejandro Israel Rosendo López, quien oficiaba como lanchero de los uruguayos que participaron en la construcción del túnel, tiene varios antecedentes penales por narcotráfico y contrabando de cigarrillos. En 2019 fue condenado junto a un uruguayo por cruzar en el motor de su lancha 11 kilos y medio de cocaína, mientras que a principios de 2018 la Policía lo identificó como el responsable del traslado de varios cargamentos de cigarrillos y droga, junto a otro uruguayo.

Lorenzo y Carpani, quienes se encuentran cumpliendo prisión administrativa a la espera de ser extraditados a Argentina por el intento de robo al Banco Macro, fueron condenados a seis años en junio de 2019 por el asalto a un camión de matrícula paraguaya que transportaba 45 kilos de cocaína por la ruta 3. Actuaron vestidos de policías y llegaron a hacerse con buena parte de la carga paraguaya, pero fueron detenidos, tras una persecución que se inició a raíz de un control de rutina, a la altura del kilómetro 203. La Justicia los condenó, mediante un acuerdo abreviado, a seis años de penitenciaría por asociación para delinquir, rapiña especialmente agravada, tráfico interno de armas y narcotráfico en modalidad de transporte.

La Justicia argentina pidió su extradición para que sean juzgados por los delitos de robo agravado por su comisión en lugar poblado y en banda, y por daño calificado, para los que el código penal argentino prevé penas de hasta seis años de penitenciaría. No obstante, según supo la diaria, la fiscalía analiza ampliar la acusación por un delito de asociación ilícita, que tiene penas de hasta diez años.

En abril de 2019, Lorenzo también fue investigado junto a otro hincha de Nacional por el doble homicidio en Tres Ombúes de Rafael de Ávila, alias “el Negro Rafa”, y Federico Díaz, alias “el Bebe”, quienes eran acusados por la organización de Sebastián Marset de robar el dinero proveniente de un cargamento de droga procedente de Paraguay, por un monto de unos 100.000 dólares. El 25 de abril de ese año Lorenzo fue detenido junto a otros dos hinchas cuando regresaban de ver un partido entre Nacional y Atlético Mineiro en Belo Horizonte, pero finalmente fue liberado por no haber encontrado evidencia para su imputación.

La víctima de un homicidio en El Pinar y la conexión con el intento de robo al Banco Macro

Otra línea de investigación es una conexión con el asesinato del hombre de 34 años que fue abatido en la madrugada del martes por hombres vestidos de policía, que ingresaron a su casa simulando un allanamiento, en lo que fue calificado por el Departamento de Investigaciones de la Jefatura de Policía de Canelones como un operativo “comando” por la velocidad y la organización de la acción, que no llevó más de dos minutos. La víctima, identificada como Diego Cardoso, tenía antecedentes por el robo a una remesa en el supermercado Géant en 2016 y fue investigado por el asalto al peaje de Pando en enero de 2015, ambos hechos concretados con porte de armas de gran calibre y en acciones con características similares a las del homicidio. Si bien la investigación del Departamento de Homicidios de la Jefatura de Policía de Canelones tiene múltiples aristas, logró detectar un vínculo entre Cardoso, Lorenzo y Carpani.

Un túnel para robar el Banco Macro

El túnel fue descubierto el 4 de agosto cuando un conductor de una camioneta notó un golpe en el piso de su vehículo, bajó y descubrió una varilla que sobresalía unos centímetros del empedrado de la calle Chacabuco, a pocos metros de la sucursal del banco Macro. Se estima que el trabajo se realizó en no menos de seis meses y faltaban pocos días para que pudieran concretar la conexión con la bóveda del banco.

A partir del descubrimiento de la varilla, la seguridad del banco coordinó con la municipalidad de San Isidro, que empezó a buscar el origen de la varilla. A unos 3,6 metros de profundidad encontraron un túnel de más de un metro de ancho, contenido con paneles de madera e instalación eléctrica que conectaba con un taller de chapa y pintura, que la organización había alquilado por un año, luego de que el negocio cerrara. La conexión con Lorenzo se detectó a través de un relevamiento de huellas dactilares dentro del taller.