El Ministerio del Interior presentó las cifras de delitos y homicidios de 2024 el miércoles. Desde el gobierno plantearon que hubo “una baja de todos los delitos”, incluyendo los homicidios, que bajaron un 1%, aunque reconocieron que este delito se encuentra en una “meseta”.
Para presentar los datos sobre homicidios, presentaron una gráfica en la que el eje vertical -que corresponde a la cantidad de casos- comienza en 200, en lugar de en cero. Fueron varios los académicos y especialistas que reaccionaron a esto y afirmaron que se estaba distorsionando la presentación de datos.
Uno de ellos fue el criminólogo Gabriel Tenenbaum, que escribió en X: “Grotesca y burda gestión de la comunicación de los datos de homicidios del Ministerio del Interior”. A su vez, presentó dos imágenes para comparar cómo debería haber sido la gráfica y cómo fue, si el eje hubiera comenzado en cero: “Poner como origen 200 homicidios y no cero acentúa las diferencias entre los años”, describió sobre las imágenes.
Al respecto, Tenenbaum habló con la diaria. Para el especialista, “hay todo un tema en la gestión de la comunicación que se viene observando hace tiempo” y se vio particularmente “en esta última presentación que hace el Ministerio de Interior”, en la que “hay dos grandes novedades en esa gestión de la comunicación”. “La primera es la de las gráficas distorsionadas de la evolución de los homicidios, rapiñas y hurtos, en tanto la escala de esas gráficas no comienza en su base cero, como debería realizarse, sino que comienza con un valor cercano al valor mínimo del indicador que se está midiendo. Lo que te permite distorsionar la interpretación, porque las diferencias entre los años se acentúan”.
Tenenbaum aclaró que “no sabe el motivo que está por detrás de eso, pero lo hicieron así y eso es un error inicial”. Según comentó, esta es una cuestión muy básica a tomar en cuenta cuando se trabaja con ejes cartesianos o el plano cartesiano y eso “se da en cualquier estadística básica”.
Lo otro a tomar en cuenta para relativizar la presentación de estos datos es la “fecha de corte”. “La fecha de corte que tiene es antojadiza”, indicó, y agregó que “los datos van a variar de los de 2024” porque hay “tentativas de homicidio que se pueden convertir en homicidio, desapariciones que se pueden convertir en homicidio, legítima defensa que se puede convertir en homicidio, defensa civil y defensa policial”.
Entonces, resaltó que “esos guarismos, que es una diferencia de cuatro lamentables fallecimientos catalogados como homicidios, van a cambiar”. “En diez días, en un mes, en dos meses, te cambió”, dijo, y recordó que aún así “el titular de la comunicación del Ministerio del Interior fue que cayeron los homicidios”. “Aunque digan un 1%, dice cayeron. Eso genera un sentido en quien consume la información. Sumarle a eso la distorsión en las gráficas es como mucho”, aseveró.
Para Tenenbaum, “este tema se soluciona calendarizando”. O sea, como hace el Instituto Nacional de Estadística: “Tal día se publica empleo, tal día se publica pobreza, tal día se publica índice de consumo. Y acá lo mismo, tal día se publica esto con el recaudo de que las cifras de homicidio pueden variar”, indicó.
Esto es algo que “se expande todos los días, porque si vas a los informes del Ministerio del Interior de 2023, te informaron equis número en el 2023, y vas al 2024 y pudo haber cambiado”. Alcanza con revisar los informes de los años anteriores para reconocer este hecho que plantea Tenenbaum, sobre el que remarca que es “natural que cambie, y está bien que cambien las cifras porque se ajustó”. Entonces, “fijar el corte los primeros días de enero es no dar la chance de que aumenten los homicidios, y en vez de decir que cayeron, decir que subieron”.
Datos parciales e incompletos
En lo que refiere a los “datos de la caída” de delitos, que están representados por los datos de algunos delitos que fueron elegidos, que son la rapiña, el hurto y el abigeato, “están los problemas de siempre”. O sea, “todo lo que sabemos es por lo que el Estado captura, digamos, las denuncias que hace la gente, pero también lo que el Estado hace y queda registrado”. Entonces, “hay un desconocimiento sobre la dimensión total de cómo funcionan estos tipos de delitos por lo que no se capta, que no solo tiene que ver con la denuncia ciudadana”.
Tenenbaum consideró que “hay otro problema, que es un problema muy importante, y es que es tan restrictivo, históricamente ha sido así, no por este gobierno, sino históricamente, es tan restrictivo lo que respecta a los indicadores que te dan, que no sabés cómo se desplaza el delito, porque la persona que comete delitos se desplaza entre los delitos”. Es decir, hoy una persona comete un hurto y mañana se dedica a vender droga, algo que de hecho sucede.
“La persona que cometía un hurto o una rapiña ahora entiende que cometer algún delito vinculado con el mercado de las drogas ilícitas le da más rentabilidad y algunos de estos delitos son menos riesgosos, son menos expuestos”, explicó el especialista, que aclaró que “no todo el delito de drogas implica ser sicario o violencia homicida, o enfrentamiento con bandas rivales, no todo implica eso, hay otras formas, como guardar algo, trasladar algo, o una actividad de otro tipo, conversación, diálogos, acuerdos, en fin. O sea, no implican violencia en sí”. Es por esto que ahora más personas se dedican a este tipo de delitos y esto no se observa en los datos porque “no te brinda esta información sobre el desplazamiento hacia otros delitos”, agregó.
En otra gráfica que compartió Tenenbaum, se observa cómo se da el desplazamiento entre delitos, algo que se ve en la imagen como una forma de tijera. “Hay un desplazamiento a delitos vinculados con estupefacientes en el marco de motivos homicidios”, indicó.
Entonces, “el desplazamiento de los actores racionales que se mueven por rentabilidad no lo podés tener con los datos del Ministerio del Interior”. En cambio, si se observa la gráfica que aportó, “los tenés”. “Te das cuenta de que hay un desplazamiento porque ahí se da el efecto tijera en las curvas. Bajan las rapiñas, hurtos, copamientos en los motivos de homicidio y aumentan los motivos de homicidio por estupefacientes”. Tenenbaum explicó que “eso es construido con la lista ampliada, no es con parte toda la discusión que se da sobre las motivaciones de los homicidios”.
El criminólogo criticó que hay delitos, por ejemplo extorsión, ciberdelitos, estafas, que no están medidos, que no los presentan. Para cerrar, recordó que hay un problema “tan importante como el que acaba de describir”, que es “el número de denuncias”, lo que “se relaciona con la capacidad que tiene el Estado de detectar”. “Si el Estado no prioriza la persecución de estafas y de ciberdelitos, lavado de activos, no va a figurar en las estadísticas. Y eso no quiere decir que no sea un problema, sino que es el Estado el que no está haciendo las cosas que debería”, concluyó.