La fiscal especializada en Estupefacientes de cuarto turno, Angelita Romano, avanza en la investigación sobre el atentado contra la fiscal de Corte, Mónica Ferrero, tras la detención del hombre de 28 años que fue detenido el martes pasado en 8 de Octubre y Larravide, en el marco de otra investigación por un delito de lesiones. Este martes el hombre fue imputado por el Juzgado de Crimen Organizado de segundo turno por un delito de asociación para delinquir, atentado agravado y estrago, con prisión preventiva hasta el 7 de abril. Además fue imputado su padre, un expolicía de 55 años, por un delito de tráfico interno de armas y municiones y receptación agravada, con prisión preventiva hasta el 7 de enero. La detención del padre se llevó a cabo tras un allanamiento en su casa, donde se incautaron una pistola Glock y municiones, pero la fiscalía no pudo establecer conexiones entre el padre y el atentado.

La Policía investiga al joven como parte de la organización de Sebastián Marset, con quien tendría un vínculo desde hace varios años. Su abogado, Martín Frustaci, aclaró a la diaria que él no está representando a la familia de Marset ni a la organización y que fue contactado directamente por la familia del imputado para representarlo.

Según supo la diaria, en el operativo de detención la Policía incautó su celular y documentación falsa, que dio la pista de un plan para asesinar a los autores materiales del hecho a través de un sicario y permitió verificar los últimos movimientos migratorios del imputado. Según señalaron las fuentes horas antes del atentado, el hombre ingresó a Uruguay desde Bolivia, posiblemente para supervisar el crimen. Días antes había ingresado a Bolivia con documentación falsa y registra también un ingreso a Mozambique con su pasaporte.

Ese ingreso a Mozambique es otro de los elementos que conectan al imputado con Marset, a quien se le incautó una cédula de identidad expedida en Maputo, la capital del país africano, en agosto de 2018, con vencimiento en agosto de 2023. En agosto de 2022, Marset envió su primer mensaje audiovisual estando prófugo desde un celular registrado en Sudáfrica. A partir de allí, las investigaciones de inteligencia paraguaya detectaron elementos que lo ubicaban en Mozambique, vecino de Sudáfrica.

Además del hombre de 28 años, la Justicia imputó a otras tres personas como autores materiales del hecho. Se trata de un hombre de 55 años, sin antecedentes penales, que fue interceptado en camino Corrales y avenida Centenario en un Volkswagen Bora negro que fue utilizado en el atentado, y los dos hombres que ingresaron a la casa de la fiscal Ferrero: un hombre de 50 años que guardó el auto en el que se concretó el ataque y otro de 49 años, ambos imputados con prisión preventiva por un delito de asociación para delinquir, receptación, incendio, estrago y atentado.