El exsenador Gustavo Penadés, imputado por 22 de delitos sexuales en octubre de 2023, pidió por primera vez la palabra durante una audiencia de su causa. Luego de culminado el debate sobre la necesidad de prorrogar la investigación del caso, el exlegislador anunció que quería hablar, en una de las pocas audiencias del caso que fue abierta a la prensa.
La jueza en lo penal de 36° turno, Marcela Vargas, accedió al pedido del exlegislador, luego de definir la prórroga que había pedido la fiscalía para continuar investigando el caso hasta el 10 de octubre de 2025. Esa decisión fue apelada por las defensas de Penadés y el profesor de Historia Sebastián Mauvezin, signado como el responsable de conectar víctimas de la causa con el exsenador.
Antes de hablar en la audiencia, el abogado de Penadés Homero Guerrero pidió una pausa para hablar unos minutos con él, para coordinar los puntos de su intervención, dado que lo dicho en audiencia podría ser utilizado como prueba en el juicio oral.
Penadés expresó su preocupación “ya a esta altura en términos alarmantes, por el estado de indefinición en que nos encontramos” y subrayó las “filtraciones permanentes tanto de la fiscalía como de este juzgado”. “Mi teléfono fue hackeado estando en custodia del Estado”, agregó.
El exlegislador dijo que se está utilizando terminología en el juicio que denota que se habla de cosa juzgada. “Yo soy inocente hasta que se demuestre lo contrario (...) hemos escuchado hablar de que yo vengo violando gente desde hace 30 años a la fecha, lo cual es una rotunda mentira que yo voy a demostrar en el juicio”, afirmó.
“Estoy cansado de que se hable de mi poder, cuando yo desde el mes de agosto del año pasado no gozo de mis fueros y en el mes de octubre de 2023 fui expulsado como senador” y agregó que está siendo “permanentemente vilipendiado en los medios y las redes sociales, siendo mi familia arrastrada por el barro”.
“Es público y notorio que yo no tengo ningún tipo de poder, ni influencia en nadie, y mucho menos en el gobierno actual, y en el anterior tampoco, porque fueron los propios senadores de mi partido político que votaron mi desafuero”, agregó. Penadés calificó como “el colmo de los colmos acusar a mi hermana de intentar asesinar al equipo fiscal”.
“Llegamos al colmo de atribuirme a mí la responsabilidad de la falta de recursos para la fiscalía”, expresó y afirmó que “es tal la ignorancia” de la fiscalía que olvidó que cuando se generó el actual código de proceso él era oposición.
Penadés pidió que se evite “hablar de cosa juzgada porque el juicio todavía no comenzó”: “que se presuma mi inocencia hasta el momento de la sentencia final, terminemos con el tema de las medias verdades, con las especulaciones, porque me afectan”, expresó, y dijo que su familia “ha vivido un infierno” por la forma en la que se desempeñó la fiscalía.
Por su parte, Mauvezin negó los delitos de lo que se le acusa: “Nunca le presenté menores de edad ni a Penadés ni a nadie, lo voy a demostrar en el juicio, aunque esté roto por dentro, rota mi madre. [...] Voy hasta el final de las consecuencias sin importar el resultado porque en la vida hay algo que se llama dignidad, y he soportado de todo, pero, como se dice vulgarmente, los pingos se ven en la cancha, los pingos se van a ver en el juicio y no me importa el resultado. Si llegara a tener un resultado adverso por cómo está la ley, luché por mi verdad, luché con dignidad, no me dejé amedrentar por el sistema, no me asusté por el estado de indefensión. Tengo 31 años, perfectamente podría firmar y hundir a Penadès si quisiera, pero no, porque tengo dignidad y honestidad intelectual”.