El exintegrante del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) Enrique Uyterhoeven murió a los 71 años, mientras cumplía condena en prisión domiciliaria por crímenes de la dictadura.

Uyterhoeven integró el OCOA entre marzo de 1981 y principios de 1982, y fue señalado por varias víctimas del terrorismo de Estado que declararon en la causa como uno de los torturadores de La Tablada, conocido también como “Base Roberto”, donde unas 250 personas fueron torturadas entre 1977 y 1983.

En setiembre de 2024, Uyterhoeven fue condenado a 12 años de penitenciaría por la jueza Isaura Tórtora por los delitos de privación de libertad, abuso de autoridad contra detenidos y lesiones graves, en la causa que investigó torturas contra diez militantes comunistas, víctimas del terrorismo de Estado en La Tablada.

Uyterhoeven también fue parte de la causa que investiga abuso sexual contra 28 presas políticas y la causa que investiga las desapariciones de Félix Ortiz, Omar Paitta y Miguel Mato.

El excapitán, que operaba en el OCOA bajo el alias “Ulises”, reconoció ante la Justicia la existencia de “apremios” en La Tablada, concretamente la aplicación de submarino. “Ulises” entabló una relación con una de las presas políticas, Hilda Diez, a quien dijo haber convencido de colaborar con los militares: “Cuando yo comencé a hablar con ella, que empezó a colaborar, yo le di las razones para lo que estaba haciendo, de colaborar y entregar gente, era la opción cero. Eliminar todo lo que estaba en la estructura de la UJC [Unión de Jóvenes Comunistas] para hacer una estructura nueva y con gente no conocida. Esa fue la excusa que le di para que ella comenzara a hablar conmigo. Allí ella comenzó a hablar, incluso escribió a máquina un informe que yo controlaba”.

En declaraciones a la Justicia, Diez dijo que Uyterhoeven tuvo conocimiento del asesinato de Migual Mato, quien fue secuestrado en enero de 1982 y trasladado al Centro La Tablada, donde fue visto por última vez.