Hace un mes se dio a conocer la noticia de que fueron encontrados restos óseos en el predio del Batallón 14, en Toledo, en el área cautelada en que la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo lleva adelante excavaciones en busca de detenidos desaparecidos. En el correr de esas primeras horas se pudo saber que los huesos son humanos y que, por la forma en que fueron enterrados (rodeados de cal y cubiertos con una losa, como en anteriores hallazgos), muy probablemente correspondan a una víctima del terrorismo de Estado. La imagen que elegimos para este número como foto del mes registra el momento en que esos restos fueron presentados a la sociedad por el equipo de antropólogos que trabaja en el lugar. Un par de semanas después supimos que estábamos ante un esqueleto femenino que fue enterrado sin ropa ni objetos personales y que, debido al estado de algunos huesos, no se podría avanzar más en el perfil biológico. Es improbable que para cuando esta revista llegue a los lectores ya se sepa con certeza la identidad de esa mujer asesinada y escondida bajo una losa de concreto, pero habrá un país pendiente de ella, porque así como los familiares dicen que cada desaparecido es el suyo, la comunidad sabe que cada crimen cometido por el Estado laceró (sigue lacerando) a toda la sociedad.

En este número de Lento estrenamos diseño y consolidamos el estilo que habíamos empezado a transitar ya en el número anterior, con artículos que indagan en los modos de vida contemporáneos y textos que se hunden en la potencia del lenguaje para disparar sentidos, revisarlos y reorganizarlos. También contamos en imágenes. Estamos buscando la mejor forma de recuperar el carácter histórico, orgánico de los acontecimientos, y en ese afán seguiremos incorporando registros y acercando material de diversos orígenes. Tenemos por delante un camino que nos exigirá plasticidad, pero no vamos a perder ese rumbo. Apostamos a ir contra la ligereza y contra la distracción que nos reclaman desde todos los dispositivos a toda hora. Es un trabajo lento, pero también es lento el trabajo de quienes revisan archivos, de quienes tamizan el polvo buscando fragmentos de hueso, de quienes reúnen piezas y recomponen la historia. Ojalá podamos tener su constancia y estemos a la altura de su compromiso.