El café de especialidad se distingue por ser de grano 100% arábica y sin defectos sensoriales. Además, debe ser controlado desde la semilla y la siembra hasta el tostado y la molienda. A esto se dedican una australiana y un uruguayo que llevan adelante un microemprendimiento en Piriápolis.
Hace dos años, Jannelle Hopman y Fernando Olivera desarrollaron un modelo de producción a pequeña escala, que les permite seleccionar el grano en origen y tostarlo en casa. De esa manera nació la tostaduría de Forajida, un proyecto que no tiene antecedentes en el departamento de Maldonado.
Foto: Nathalie González
Forajida Café funciona en un contenedor de carga adaptado con materiales nuevos y reutilizados. Es el producto de diez años de investigación, formación y viajes, en los que Nelle se interesó en la elaboración y cata de café. “La cata de café es determinante para la calidad según los estándares internacionales, también para determinar qué perfiles aromáticos y de sabor definen la personalidad del café que querés hacer”, señaló.
Aunque hay muchísimas variedades de plantas de café, sólo dos se cultivan de forma comercial para su procesamiento y venta: las variedades robusta y arábica. Los granos de café de la variedad arábica producen un café con un sabor más agradable y un contenido en cafeína (que le da el gusto amargo al café) inferior al de las otras variedades.
Foto: Nathalie González
El café producido en pequeños emprendimientos conserva los valores y los saberes de las familias que durante muchos años se han dedicado a plantar. “Los cultivadores habitualmente reciben un porcentaje muy pequeño de lo que vale el producto finalizado, son ellos quienes tienen el conocimiento sobre la tierra, el clima y el grano”, destacó Nelle.
A pesar de la especulación con los precios de la tierra y el constante desplazamiento de los productores debido al avance de los grandes establecimientos, todavía es posible comprar directamente a pequeños productores de Brasil y Colombia.
Foto: Nathalie González
Este contacto directo y personal permite elegir el grano que se adapta mejor a las proyecciones que se esperan del resultado del café en la taza. La propuesta de Forajida Café se completa con opciones de pastelería de elaboración propia; está ubicado en Gregorio Sanabria 909, a media cuadra de la rambla de los Argentinos. Un café con una porción de dulce cuesta, en promedio, unos 250 pesos.