El nombre de la banda surgió en un sueño. Eran las tres de la madrugada cuando el Pulpo Sánchez leyó el mensaje de Miguel Nieto, exintegrante de la banda, que decía “tengo el nombre”. Mientras dormía, Nieto soñó que sentía frío y, atraído por el fuego de la kematutti, decidió ingresar en su interior. Adentro, la banda hacía la fiesta. Para sus integrantes, el sueño es una metáfora sobre su esencia.
“El concepto de quemar todo siempre nos gustó”, asegura la saxofonista Bettina Lain. El juego, el humor, los viajes, la creación colectiva y la autogestión son las claves para entender esta banda de Maldonado, integrada por nueve personas. La fiesta, por su parte, es su máxima expresión: “La Kematutti es lo que ves y sentís cuando tocamos en vivo”, cuenta Javier Sánchez, el Pulpo, vocalista principal.
“La banda surge del hecho de que nacimos acá. Todos somos de Maldonado y el departamento no es tan grande. Creo que era inevitable que pasara el encuentro. Quizás suena metafísico, pero en realidad no lo es. Mirás para atrás y cada uno de nosotros pertenecía al colectivo artístico Lengue Lengue y todos compartimos proyectos”, contó el vocalista.
Si bien desde que comenzó la pandemia la banda no volvió a tocar para el público, este impasse fue un impulso para culminar su primer disco, No puede parar, que es un un resumen del camino que recorrió la banda en sus ocho años de vida.
Según el Pulpo, el disco es el retrato del “tránsito continuo”. Para Nahuel Bentancour, el Mago, guitarrista y vocalista, en el disco se cristaliza “la comunión de ideas y personas que han pasado”, y enfatiza en que La Kematutti, antes que nada, es una “composición colectiva”.
“No puede parar” es parte del estribillo del primer corto de difusión del disco: “Quieren”. El tema se basa en una historia real sobre el conflicto con una vecina, que los denunciaba constantemente por ruidos molestos cuando ensayaban en el centro cultural Lengue Lengue.
“Es un ejército de gente sandunguera, que no controla lo que sale para afuera. Y una certeza da la vuelta allá en la esquina y es que este ritmo lo baila hasta tu vecina”, dice la canción que surgió de un juego, en que los músicos intercambiaron instrumentos, recuerda la saxofonista.
“En La Kematutti nadie llega con una propuesta cerrada. Generalmente las ideas son abiertas para que la banda pueda apropiarse de la propuesta. Creo que las ideas son fruto de los impulsos y los estímulos de lo que nos rodea. Empezás a canalizar y la música se transforma en ese entorno que estás habitando”, expresó Bentancour.
El disco está compuesto por las primeras canciones de la banda hasta las más recientes. Las influencias musicales son heterogéneas y diversas, como lo son sus integrantes. La inspiración llega desde el rock, la cumbia, el afrobeat, el jazz y el folclore. Las últimas incorporaciones de estilo son el rap y el forró brasileño. Además, la banda integra elementos del teatro y la pintura, que se pueden ver en los conceptos y las estéticas de sus fiestas.
La autogestión es uno de los pilares de la banda: una forma de imprimir su sello personal en cada fiesta y en cada canción para que sean “auténticas y que la gente las sienta”, dijo el Mago. También es una estrategia para sobrevivir en el tiempo sin el apoyo financiero o de difusión por parte de las autoridades departamentales y de la cultura.
El impulso al arte en Maldonado no está, sostiene el Pulpo, quien asegura que la autogestión es el resultado de “no quedarte esperando por la ayuda”. Los integrantes de la banda observan la falta de interés de las autoridades por el arte en el departamento y recuerdan que en el último presupuesto participativo en el que presentaron su proyecto junto a otros colectivos “no se dio el premio porque dijeron que nadie había superado la cantidad mínima de votos”, indica el Pulpo.
La banda perdura en el tiempo por la lealtad de su público y la unión de sus integrantes. “Cuando las cosas se ponen ásperas entre nosotros y nos frustramos es cuando organizamos un asado y empezamos de cero. Siempre nos funciona. Esa es la esencia de La Kematutti: que nace de juntarnos”, manifestó El Mago.
También integran la banda Julio Sánchez (percusión y voz), Damián Tabeira (percusión), Bruno Repetto (batería), Gonzalo Barbé (acordeón y teclados), Bruno Tabeira (bajo y voz), Juan Lepori (saxo, tenor y voz), Nelson Correa (sonidista) y Juan Gamboa (sonidista).