A mediados de mayo la Sociedad para la Conservación de la Biodiversidad de Maldonado (Socobioma) se enteró de que el terreno donde están ubicados se había vendido y que debían desalojar a finales de junio. Finalmente, luego de que la ONG se movilizara, la Intendencia Departamental de Maldonado (IDM) le concedió un espacio en el antiguo zoológico Medina, en San Carlos.
“Es eso o no seguir”, reflexionó Lourdes Casas, directora de Socobioma, sobre la ubicación del predio concedido. La organización había solicitado que el terreno fuera en la ciudad de Maldonada para facilitar el traslado de los seis voluntarios y el acceso al mar.
Este martes, Carlos Pereyra, alcalde de San Carlos, se comprometió a asumir los costos de luz, agua y de la construcción de un cerco perimetral, también a brindar maderas para hacer la construcción del local, dijo a la diaria la directora de Socobioma.
Sin embargo, el resto de los materiales y los costos por la mano de obra recaen sobre Socobioma. Gracias a la ayuda de donadores particulares la ONG recaudó 5.000 dólares, pero estiman que el costo total de la construcción será de 20.000 dólares, por lo que solicitan donaciones tanto económicas como materiales.
Casas anunció que Socobioma no va a mudarse hasta haber construido la estructura necesaria para poder albergar a todos los animales y que, mientras reúnen el dinero, continuarán realizando los rescates, afirmó.
En las últimas semanas la organización ingresó nuevos pingüinos con lesiones profundas, que no podrán volver al mar hasta que sus plumas estén en condiciones. “No sabemos cuál es el origen de las mordidas, pero están muy lastimados y va a llevar tiempo recuperarlos”, explicó Casas. Dentro de 15 días liberarán en la costa a unos diez pingüinos ya recuperados.
Sobre la reacción del dueño del terreno por la decisión de aplazar la mudanza, Casas aseguró que no ha tenido respuesta. No obstante, le preocupa que se genere un litigio. “Estamos cortos de tiempo. Necesitamos donaciones para armar la estructura”, indicó.
“Nuestro propósito era entregar el terreno apenas se vendiera, pero los tiempos no son los que esperábamos. Irnos ahora implica dejar de asistir a los animales. Decidimos no entregar el lugar, agilizar lo más que podamos los trámites con la intendencia y buscar donaciones”, dijo Casas a la diaria.