Un grupo de vecinos del Municipio de Solís Grande se moviliza para que el director de Vialidad del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), Hernán Ciganda, atienda su preocupación por el mal estado de la ruta 71, que une la ruta 10 con la Interbalnearia. La iniciativa implica la recolección de firmas para adjuntar a una carta que enviarán al director, con el detalle de situaciones de alto riesgo, sobre todo, para quienes residen junto al trazado y sus zonas aledañas.
Aunque la ruta 71 pasó desde el MTOP a jurisdicción departamental en 1993, los vecinos confían en que el jerarca gestione soluciones para una situación que definen como “insostenible y grave”. Es que Ciganda fue alcalde del Municipio de Solís Grande entre 2010 y 2020 y se desempeñó como director de Vialidad de la Intendencia de Maldonado (IDM) en la Zona Oeste durante el primer gobierno de Enrique Antía.
Alta velocidad, bajo mantenimiento
El crecimiento demográfico contribuyó a una mayor circulación por la ruta, que desencadenó en mayor desgaste y aparición de pozos y baches, sostienen quienes habitan en el entorno. En el documento, que circula por redes sociales a la espera de más firmas que den fuerza al planteo, advierten sobre la falta de medidas de seguridad y sobre un mantenimiento “mínimo” en los últimos años.
Una de las preocupaciones, en este sentido, es el “emparchado provisorio” de los pozos, que al poco tiempo vuelven a formarse. El “deplorable” estado del asfalto provoca siniestros viales cuando los conductores intentan esquivar los pozos o se ven sorprendidos por desniveles, plantean. Pero no es el único problema.
El grupo vecinal afirma que los vehículos circulan a “gran velocidad” en una zona que no cuenta con iluminación ni con señalización sobre máximos permitidos o alguna otra cartelería. Tampoco hay calzada, lo cual es altamente riesgoso para los niños que concurren caminando a la escuela ni garitas de ómnibus para protegerse del frío o del sol.
La ruta es, además, una vía de salida de emergencia para las dependencias que tienen base en Piriápolis -como médicos, bomberos y policías-, y de circulación de camiones de la Dirección Nacional de Vialidad y del mismo Municipio de Solís Grande, con lo cual el tránsito se incrementa y se vuelve aun más peligroso, advierten.
Con todo, reclaman reparaciones, la construcción de una ciclovía y la instalación de, por lo menos, dos de las cuatro garitas que creen necesarias para cubrir los principales puntos de la ruta.