Un disturbio generado este miércoles entre jóvenes que se enfrentaron con “cortes” en la céntrica plaza San Fernando de Maldonado fue el punto de partida para conversar con el director departamental del Instituto del Niño y Adolescente (INAU), Eduardo Rodas. Porque enseguida los videos de la gresca, que se viralizaron en las redes sociales, se llenaron de comentarios que apuntaban al Centro de Atención y Fortalecimiento Familiar (CAFF) Navegantes, ubicado a un par de cuadras de allí.
En principio, el jerarca aclaró que los protagonistas de la pelea, que ocurrió a plena tarde entre muchachos que portaban palos de punta afilada, no están vinculados con el INAU ni con el citado centro, ubicado desde hace un año en la esquina de Rincón y 25 de Mayo, y donde reside una veintena de niños, niñas y adolescentes.
Lo que sí ocurrió, reconoció Rodas, fue otro incidente que se generó de noche en la puerta del CAFF cuando un grupo de adolescentes de ese hogar charlaba con otros que estaban de visita. “Como lo hace cualquier chico en la puerta de un liceo o afuera de su casa”, puntualizó Rodas, para recordar que los menores de edad acogidos por el INAU en estos centros “no están privados de libertad ni se encuentran en conflicto con la ley”.
En ese caso -relató el director- sucedió que un patrullero que circulaba por el lugar se detuvo a pedirles documentación y uno de los visitantes no la tenía: “El adolescente protestó y fue intervenido por desacato, mientras otros del CAFF trataron de defenderlo. Una de nuestras adolescentes fue derivada a la comisaría, adonde fue a buscarla luego la directora del CAFF”.
Rodas no quiso abrir juicio sobre la actuación de la Policía, pero enfatizó que el incidente que alarmó a los vecinos y comerciantes -quienes además comentaron que los adolescentes “se escapan saltando un muro”- se generó por esa intervención.
Un fenómeno para analizar
“La gente sigue confundiendo INAU con Inisa, sigue estigmatizando a niños, niñas y adolescentes que son derivados por el Poder Judicial porque no pueden ser atendidos adecuadamente por sus familias. Y siguen pensando que se trata exclusivamente de pobres, cuando en realidad tienen perfiles que atraviesan todos los estratos sociales y problemas que van desde el maltrato y el abandono hasta el abuso sexual o psicológico”, enfatizó Rodas.
En Maldonado ya existen antecedentes de comerciantes o empresarios que rechazan la instalación de refugios del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) o del INAU en la zona céntrica. “Es un fenómeno sociológico digno de analizar. Pretenden que los organismos se encarguen de las personas vulnerables, pero no las quieren cerca. Como cuando reclaman un contenedor de basura o una feria vecinal pero no la quieren en la puerta de la casa. Estos gurises son producto de una realidad social, pero la sociedad de donde surgen los rechaza”, lamentó.
Entonces señaló que el CAFF Navegantes está gestionado por una cooperativa de técnicos -psicólogos, maestros, educadores y trabajadores sociales- que hacen “un aporte humano” para contener a los menores de edad que son derivados por la Justicia, mientras se intenta que vuelvan con su familia o ingresen en adopción, en caso de no tener referentes.
Los residentes son libres de ir y venir, siempre que acuerden la salida y los horarios con los encargados del centro. “En ocasiones, como sucede en cualquier familia, no regresan en la hora pactada y entonces pedimos ayuda al ministerio para localizarlos, pero es una minoría de casos”, aseguró Rodas.
“Hay gente que reclama o pregunta por qué un centro de INAU en la zona céntrica. Y yo les diría ¿por qué no? ¿Por qué no pueden vivir en un hogar digno, en un entorno cercano a centros de estudio o deportivos, como cualquier otro chico de su edad? No son leprosos ni tienen radioactividad en sus cuerpos”, cuestionó.
En el departamento de Maldonado hay unos 5.000 niños, niñas y adolescentes que de algún modo están vinculados con el INAU, sea a través de los hogares de acogida (que aquí se llaman CAFF desde algún tiempo) o con seguimiento -aunque estén con su familia-, o a través de los CAIF y centros infantiles o centros juveniles donde reciben atención multidisciplinaria y realizan actividades.
Al momento de la consulta, el director no contaba con cifras comparativas, de año en año, sobre la institucionalización de menores de edad. Sin embargo, estimó que en todo el INAU deben representar “el 10% de la población” en esa franja etaria.
Trabajo y mendicidad infantil
Otro problema social del que se ocupa el INAU es el trabajo y la mendicidad infantil, de los que generalmente toma cuenta por la actividad de sus inspectores de Espectáculos Públicos -que fiscalizan restaurantes, whiskerías y bailes de matiné- y del área laboral, abocados a ver en qué condiciones trabajan los menores que consiguen autorización.
Es a través de estos funcionarios, y no de la población, que suelen llegar datos sobre mendicidad o explotación laboral, dijo Rodas. No obstante, resaltó que hay formas de que la ciudadanía contribuya con el abordaje y la fiscalización que se realiza a través del Programa Calle.
“La solidaridad siempre es buena. Si un chico me dice que tiene hambre, lo asisto en el momento. Pero si una persona ve que es algo crónico, y que ese gurí está siempre pidiendo o en malas condiciones sanitarias o higiénicas, puede comunicarse al 0800 5050 para reportar la situación de forma anónima y aportar la mayor cantidad de datos para que podamos ubicarlo y ver qué está pasando”, sugirió.
“Muchísimos” esperan una familia amiga
Rodas, que otrora fue rescatista del grupo ADES, suele decir que “INAU es un barco que siempre navega en aguas tormentosas”, pero, aun así, trabaja para restituir los derechos vulnerados y que los chicos no estén institucionalizados, sino con referentes familiares o con personas que puedan encargarse de ellos de forma transitoria.
En ese punto, recordó la existencia del programa Familia Amiga. Se trata de que una persona mayor de 25 años, que tenga disponibilidad de tiempo para cuidar, una vivienda digna y un trabajo estable, pueda atender a un niño, niña o adolescente de forma provisoria. No pueden estar inscriptos en el registro de aspirantes a adoptar y, obviamente, tampoco pueden contar con antecedentes judiciales.
“INAU apoya, ofrece asistencia técnica y económica a cada Familia Amiga. En Maldonado, afortunadamente, hay unas cuantas familias en este sistema, pero son muchísimos niños y adolescentes quienes están en condiciones de ser cuidados así”, dijo Rodas. Las personas que estén interesadas en ofrecer esta ayuda pueden conocer más sobre el programa ingresando al sitio web del INAU o solicitando información a través de la línea gratuita 0800 2513.