Un hombre murió en la tarde de este martes y otro permanece grave desde la noche del lunes debido a los enfrentamientos armados que se dan en el asentamiento Kennedy desde que comenzó el realojo masivo de familias hacia otro barrio, el 21 de febrero.
El lunes la diaria informó sobre el temor y la indefensión de los habitantes por una inusitada violencia entre personas que se identifican como vendedores de drogas del barrio y de otras zonas.
La mayor preocupación surgió el viernes, cuando además de balaceras hubo dos casas incendiadas. Sólo en los incidentes de ese día la Policía encontró “47 vainas detonadas en una cuadra”, dijo este martes en declaraciones a este medio la vocera de Jefatura, Paola Hernández.
En la noche, un nuevo enfrentamiento con armas dejó a un hombre de 56 años herido de gravedad tras recibir tres balazos -uno le atravesó un pulmón- y hubo otros dos incendios de viviendas, que estaban vacías. En ninguno hubo denuncias por parte de las víctimas, dijo Hernández, aunque aclaró que todos los hechos se investigan de oficio.
En la mañana de este martes la Policía desplegó diferentes operativos en los alrededores del barrio y allanó siete viviendas en el interior, con orden de la Fiscalía de 4° turno de Maldonado. Antes del mediodía, el jefe departamental de Policía, Erode Ruiz, declaró a El Observador que la situación estaba “controlada”.
Pero a primera hora de la tarde varios vecinos se comunicaron con la diaria para advertir que los tiros continuaban y que algunas familias resolvieron buscar refugio fuera del asentamiento ante el temor de que las balas alcanzaran a sus niños. Un rato después, sobre las 15.00, una bala impactó en el pecho de Pablo Daniel Pereira Freire, un hombre de 34 años, quien murió tras ser sacado del barrio en medio de “un cordón policial” rumbo a un centro de atención de salud.
Hernández aseguró que “todas las unidades” de la jefatura estaban realizando operativos para frenar los ataques, con apoyo del Departamento de Hechos Complejos. “Estamos atentos a estas situaciones, que generan alarma y que no se veían desde hace años”, ni en este barrio ni en otros, dijo la oficial.
“Nunca había pasado algo así en otros realojos, como el de El Placer. Es claro que las dinámicas están cambiando y estamos tratando de profesionalizarnos para atenderlas”, agregó.
Los siete allanamientos de la mañana “no dieron resultados positivos”, mientras que los operativos de “saturación” e intervención de vehículos permitieron incautar “una escopeta con vainas de varios calibres” y detener a un hombre que está a disposición de la Fiscalía de 4° turno.
Por el momento, el trabajo policial se enfoca en detener la ola de violencia que, según reconoció Ruiz a El Observador, se debe a un “problema interno entre bandas vendedoras de droga, que recrudeció” con el realojo de sus habitantes. El jerarca rechazó hablar del tema con la diaria.
Los vecinos llevaban varios días clamando por respuestas de las autoridades, tanto de la Policía como de la Intendencia de Maldonado, que después de tres días de realojos los suspendió debido a un desperfecto en la línea de media tensión de UTE.
“El realojo ha generado movimientos internos y atraído a otras personas, ajenas a los residentes trabajadores y de bien en el barrio”, dijo Hernández, quien consideró que “los problemas de convivencia son graves”.
Este martes, antes de que una lluvia torrencial se abatiera sobre Maldonado, la comuna retomó las mudanzas suspendidas desde el 24 de febrero y alcanzó a trasladar a 15 familias con apoyo policial.